Corrientes: nena murió por comer una mandarina contaminada con químicos

Tomar una fruta de un campo es una de las picardías que cualquier niño que vive cerca de un cultivo podría hacer. Pero a esta pequeña de 12 años, le costó la vida.

Ella y su hermano de 11 se descompensaron luego de comer una fruta cítrica que tomaron de una quinta de la localidad de Mburucuyá, en la provincia de Corrientes.

De acuerdo a lo que se conoce, las frutas habrían sido rociadas con una sustancia tóxica que les habría generado a ambos una intoxicación. Se sintieron mareados, pero la niña se descompensó y el hermano fue a buscar ayuda.

Aunque la intentaron trasladar al centro de salud, la niña murió en el trayecto tras un paro cardio respiratorio; su hermano continúa internado pero está fuera de peligro.

De acuerdo al propietario, la fruta habría sido dejada en el suelo con la intención de matar ratas. Sin embargo, hay otras versiones que sostienen que la fruta habría sido pulverizada con agroquímicos.

Habrá que esperar las conclusiones de la investigación para conocer realmente qué ocurrió pero, ¿no crees que comer una fruta de un cultivo debería ser una de las cosas más sanas que un niño pudiera hacer? ¿Por qué deberíamos temerle a una planta que nos brinda alimento?

Casos tan tristes como éstos nos invitan a reflexionar sobre cuál es el modo en que estamos produciendo nuestros alimentos. Un modelo de producción industrial que aplica a la tierra los mismos criterios de eficiencia que cualquier otro proceso, desconoce los ciclos naturales, las variedades locales y los métodos de cuidado de los cultivos que menor daño le generan al ambiente, a los alimentos y a las personas que trabajan allí y en sus alrededores.

Entonces, si daña nuestra salud, si representa para nosotros un peligro más que una ventaja, ¿por qué no cambiarlo? Comienza tú. Escoge siempre que puedas alimentos orgánicos y de origen local.

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