Día Mundial de la Diabetes: ¿Cómo afrontarla en los niños?

La diabetes se ha convertido en una auténtica epidemia del siglo XXI. Por ello, es bueno aprovechar aprovechar, que hoy se celebra el Día Mundial de la Diabetes, para llamar la atención sobre una enfermedad que cada vez afecta con más frecuencia a los niños.

La diabetes es una enfermedad crónica que se produce cuando el páncreas no genera insulina suficiente (hormona encargada de regular el nivel de glucosa en la sangre) o el organismo no la utiliza eficazmente. Si no se controla, la consecuencia será una hiperglucemia, es decir, un aumento desproporcionado del azúcar en la sangre. El sedentarismo, el sobrepeso y el componente genético son los tres factores claves en la aparición de la diabetes. España está entre los primeros países con más sobrepeso u obesidad infantil del mundo, afectando ya al 25% de los niños, lo que conlleva un mayor riesgo de padecer diabetes tipo 2 y todos los problemas cardiovasculares asociados.

Jesús Argente, investigador y jefe del Servicio de Pediatría y Endocrinología Pediátrica del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, manifiesta que “la diabetes que se ve en las consultas pediátricas es, fundamentalmente, la diabetes tipo 1, de origen autoinmune y que requiere tratamiento con insulina. Este dato es muy importante para diferenciarlo de la diabetes tipo 2, que padece sobre todo el adulto, pero no exclusivamente, y que se desarrolla por un problema de resistencia a la insulina que se trata esencialmente con dieta, ejercicio y cuando es necesario con tratamientos hipoglucemiantes orales”.

Argente añade que ahora, además, han aparecido en escena dos nuevas formas de diabetes: la diabetes tipo Mody (Maturity Onset Diabetes of the Young) o diabetes de la edad madura que se presenta en el joven y la diabetes neonatal. En relación a la primera, según explica Argente, “se trata de un tipo de diabetes que, en principio, se parecería a la diabetes tipo 2 que se inicia en la madurez pero que aparece por debajo de los 25 años. En este caso se diferencian siete tipos de diabetes distintas asociadas a las mutaciones en 7 genes específicos”. En cuanto a la segunda, prosigue Jesús Argente, “aparece en uno de cada 400 mil nacimientos y se presenta en los primeros seis meses de vida. Su duración es breve, no suele exceder los 15 días, y es importante destacar que es insulino-dependiente, es decir, debe aplicarse necesariamente insulina al bebé para lograr su control. Esta diabetes aparece por la mutación de dos genes específicos y tiene como particularidad, según las investigaciones realizadas recientemente, que puede tratarse con hipoglucemiantes orales en vez de con insulina”.

Raquel Barrio, especialista española en Diabetes, indica que “existe una sintomatología clara en niños y jóvenes a los que se les diagnostica diabetes, como son: comenzar a beber mucho (polidipsia), orinar mucho (poliuria), incluso por la noche (nicturia), frecuentes cambios de apetito en general, aumento del mismo (polifagia) y pérdida de peso. Por eso se le llama la enfermedad de las cuatro P. Al tiempo, el niño se suele sentir más cansado. Si el diagnóstico se realiza de forma tardía, el paciente se encuentran muy mal, con aumento de la frecuencia e intensidad de la respiración, náuseas y vómitos, deshidratación y puede alterar la conciencia hasta caer en coma”.

Ante el diagnóstico de diabetes en un niño, se aconseja que los padres reciban, desde el primer momento, una educación diabetológica en varias fases, “de modo, que los progenitores puedan conocer cómo valorar el contenido en hidratos de carbono (raciones), para ajustar la insulina a la ingesta, y saber cómo influye la realización del ejercicio en el ajuste del tratamiento. Esta formación es impartida por educadores en diabetes pediátrica adaptada a cada familia. También es necesario informar al colegio (profesores y ATS escolares). En el caso de niños mayores hay que educarles para que puedan participar en el control de su diabetes”.

El papel de los educadores en diabetes es fundamental para enseñar tanto a los niños que padecen esta enfermedad como a sus familias a conseguir un adecuado control metabólico. En este sentido, la educación terapéutica en diabetes (ETD) es un proceso interactivo y progresivo que tiene como objetivo facilitar los conocimientos y la habilidad imprescindibles para el autocuidado del paciente, mediante el apoyo a la persona y a su familia, con el objeto de autogestionar su vida con esta patología y lograr los mejores resultados posibles.

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