Las viviendas de Ruta 3 casi Autopista de las Serranías Puntanas están terminadas, pero inexplicablemente el Gobernador dio la orden de no entregarlas.
Son cientos de familias las que esperan poder habitar esas casas y dejar de pagar, en muchos casos, alquileres. Como no encontraron más excusas para no entregar las viviendas, en la última semana el Gobernador, a través de la Secretaría de Viviendas, solicitó a los preadjudicatarios que renueven toda la documentación. Cabe señalar que la actualización de los datos solicitados genera un costo de $400, aproximadamente, entre sellados, fotocopias y certificaciones.
Parece una broma de muy mal gusto, pero ni siquiera es eso ya que una vez develado el chiste las familias podrían contar con las viviendas. Alberto está jugando con la ilusión de miles de personas que creyeron en la continuidad de la política de vivienda como el propio mandatario lo aseguró en la campaña. Hoy a luz de los acontecimientos eso no sucede.
En el medio de lo que parece un capricho, no hay otra explicación racional, miles de Puntanos están a la deriva y ven como sus casas están listas pero no pueden habitarlas. Falta que el Gobernador, así como tomó la decisión de no entregarlas sin justificativo alguno, se levante un día y ordene ponerle fin a su propio antojo.