Se trata de Whittier, en Alaska, el cual tiene unos 200 habitantes, y todos comparten el mismo complejo habitacional.
Todo comenzó durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se construyó un edificio de 14 plantas conocido como la Torre Begich. Todos los residentes en la población, ciudadanos y funcionarios que trabajaban para el gobierno del país, se mudaron a los apartamentos que conforman la torre, y desde entonces siguen allí.
Whittier, es una población muy cercana al glaciar del mismo nombre, que tuvo diversos destrozos tras sufrir el daño de terremotos y tsunamis. Lo único que se mantiene en pie es la Torre Begich.
Construido al final de los años 50, el edificio tiene un plano rectangular. 14 pisos de alto, la torre está compuesta por tres módulos distintos -con diversos apartamentos cada uno- conectados por pasillos que permiten a los ciudadanos circular libremente y acceder todos los servicios del pueblo.
Además de los apartamentos residenciales, la torre contiene una oficina de correos, un hospital, el departamento de policía, la oficina del alcalde, supermercado, lavandería, un pequeño hotel y hasta una iglesia.
Además, la torre contiene una sala para exhibiciones y conferencias e incluso una piscina cubierta. Como curiosidad, la escuela está conectada entre la torre por un túnel, que fue construido ¡para que los niños fuesen al colegio en manga corta!.