Las redes sociales han transformado la forma en que interactuamos, y los jueces no están exentos de este fenómeno. El algoritmo, el big data y la exposición pública han hecho que sus publicaciones puedan afectar la imagen de imparcialidad e independencia judicial.
La presencia de magistrados en redes es una realidad. Muchos las usan con fines personales, pero eso plantea dilemas:
Las publicaciones pueden ser utilizadas para analizar perfiles, influencias o sesgos. Incluso sin contacto directo, un abogado puede investigar digitalmente a un juez, afectando la neutralidad procesal. Además:
Diversas instituciones recomiendan prudencia y mesura en redes sociales:
El uso de redes por parte de jueces requiere cautela, preparación y ética. Aunque todos tienen derecho a la libertad de expresión, quienes ejercen funciones judiciales deben evaluar previamente qué, cómo y dónde publicar. La seguridad digital y la imagen institucional están en juego.
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