Entró Benedetto, Boca sacó una buena ventaja y pone un pie en la final

Venció 2-0 a Palmeiras en La Bombonera. “Pipa” saltó del banco y abrió la cuenta con un cabezazo. Aumentó con una magistral pisada y un fulminante remate. La revancha, el próximo miércoles en Brasil.

Boca Juniors, seis veces campeón, alcanzó este miércoles a la noche una importantísima victoria 2-0 sobre Palmeiras de Brasil, en la ida de una de las series semifinales de la Copa Libertadores, el certamen regional más importante.

El equipo dirigido por Guillermo Barros Schelotto se llevó el triunfo en forma inesperada a partir de una ráfaga oportunista del goleador Darío Benedetto.

El centrodelantero, inactivo durante buena parte de la actual temporada, a causa de una lesión ligamentaria en una de sus rodillas, convirtió a los 38 y 43 minutos del segundo período. El ex Arsenal y Gimnasia de Jujuy entró en la etapa final, en lugar de Ramón Ábila.

La revancha se jugará el miércoles 31 en el estadio Allianz Parque de San Pablo, a partir de las 21.45.

En el arranque, el desarrollo resultó cortado, bastante friccionado, sin demasiados espacios para asociarse con criterio. El equipo local buscó progresar por el sector izquierdo, con Pablo Pérez como eje del circuito futbolístico, mientras que Mauro Zárate también se recostaba sobre ese costado e intentaba filtrarse, a espaldas de los mediocampistas del elenco paulista.

A los 16 minutos, la primera chance clara provino de una maniobra de pelota detenida, con un tiro de esquina ejecutado al corazón del área, que fue cabeceado en forma desviada por Izquierdoz, cuando el guardavallas Weverton había ensayado una salida en falso.

Ya al promediar el período, los dirigidos por el mellizo Barros Schelotto se habían instalado en campo contrario, aunque las posibilidades de generar riesgos dependían de tirarle pelotazos al cordobés Ábila o bien de algún disparo desde media distancia como probó Lucas Olaza, a los 25 minutos, exigiendo una buena respuesta del arquero visitante.

Pero los 45 minutos inaugurales transcurrieron en un contexto soporífero, entre un equipo que se veía impedido de asumir la verticalidad pretendida (le faltó pausa porque no hubo un conductor nato) y otro que prefirió esperar y avanzar muy esporádicamente.

En el comienzo de la segunda mitad, Boca creció ligeramente, a partir del ingreso del colombiano Villa, lo que posibilitó que todo el equipo se adelantara en el terreno. Sin claridad, es cierto, pero con tozudez y determinación.

Sin embargo, el conjunto brasileño dispuso de una situación propicia a los 23 minutos, con una maniobra urdida con criterio, que finalizó con un disparo de Dudú, que se fue junto al poste izquierdo de Rossi.

A medida que el período final transitaba, la sensación que invadía a la repleta Bombonera estribaba en que la paridad solamente podía romperse con una jugada de pelota parada.

Y muy cerca estuvo el conjunto “xeneize” con un tiro libre del uruguayo Olaza, que exigió una formidable respuesta del arquero Weverton. Y, en la jugada siguiente, tras el córner, Benedetto se elevó en el área, metió el frentazo y estampó el desnivel que festejó todo el pueblo auriazul como una suerte de desahogo.

Y, si ya era bueno lo aportado por “Pipa” Benedetto, el corolario arribó en el minuto 43, cuando el atacante recibió de Pablo Pérez, ensayó una lujosa pisada ante un defensor y despachó un violento remate, bajo y al palo derecho de Weverton, que se tradujo en el segundo gol.

Boca quedó muy bien parado de cara al encuentro desquite y se ilusiona con instalarse otra vez en una definición copera, después de seis temporadas sin hacerlo.

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