En solo dos años, los mamuts lanudos podrían resucitar. Un ambicioso proyecto científico podría lograr devolver a la vida a una especie que desapareció de la Tierra hace 4.500 millones de años.
Gracias a muestras de ADN rescatadas de restos de mamuts congelados en el Ártico, los científicos detrás del proyecto Woolly Mammoth Revival de la Universidad de Harvard creen que es posible hacer lo que hasta ahora solo ha sido posible en las películas de ciencia ficción: resucitar a un animal prehistórico.
La "de-extinción" pasaría por crear un embrión híbrido mezclando el ADN conservado del mamut con los de su pariente vivo más parecido, el elefante asiático. La criatura resultante, conocida comúnmente como "mamofante", sería similar al mamífero actual pero dotado de rasgos reconocibles como orejas pequeñas, grasa subcutánea, pelo largo y sangre adaptada al frío.
Esa hibridación es ahora posible gracias a CRISPR/Cas9, esa sonada y aún joven técnica de edición genética que permite acceder al genoma de estos animales y cortar en cualquier lugar deseado, permitiendo eliminar, agregar, interrumpir, alterar o recombinar genes o secuencias de genes específicos de su ADN. Las pruebas de laboratorio ya han demostrado que la técnica funciona. Desde que comenzara este proyecto en 2015, los científicos han aumentado el número de "ediciones" en las que la información genética del mamut se ha empalmado con éxito en el genoma del elefante.
Ahora tratan de averiguar cómo cultivar el embrión de un mamut dentro de un útero artificial, para no utilizar como vientre de alquiler a una hembra de elefante. "Esperamos hacer todo el procedimiento ex vivo (fuera de un cuerpo vivo). No sería razonable poner en riesgo la reproducción femenina en una especie en peligro de extinción", declaraba el George Church, encargado de dirigir al equipo de Harvard.
Algunos expertos sostienen que los esfuerzos de la ciencia deberían focalizarse en salvar vidas de animales en peligro de extinción antes que en revivir a los ya extintos. Sin embargo, Church afirma que resucitando a los mamuts se salvaría a los elefantes asiáticos de una posible extinción. Además, los mamafontes contribuirían a luchar contra el cambio climático. Sí, su presencia podría jugar un papel importante a la hora de evitar que el permafrost de la tundra ártica se deshiele.
"Estos animales ayudan a que la tundra no se descongele perforando con sus pisadas a través de la nieve y permitiendo que el aire frío pueda entrar", explica Church en The Guardian. De esta manera evitarían que las grandes cantidades de gas metano que alberga la zona sean liberadas a la atmósfera.
Dos años es el plazo que estiman para que veamos a los primeros mamofantes.