"Estoy ofreciéndome para jugar en una PASO, en las que lo más probable es que sea el perdedor"

Lo dijo Adolfo Rodríguez Saá para analizar su presente dentro del armado político nacional y el desaire de Massa y De la Sota.

 

En una entrevista que publica el Diario La Nación, el Senador puntano desnuda la situación política de su espacio y el contexto para llegar  aun acuerdo con el peronismo no kirchnerista.

 

La entrevista tiene lugar en el despacho del senador, en el Congreso Nacional.

-Detrás suyo hay un cuadro. ¿Podría decir quién lo pintó y qué significado le da usted?

-Lo pintó un artista de San Luis muy sentido para mí, Alberto Rodríguez Saá. Yo le pondría de título "2001″. Así estaba la Argentina ese año. En llamas y destrucción, entre la anarquía y la falta de futuro. Fueron días muy duros.

-A De la Rúa quizá le faltó equilibrio. ¿Admite que el peronismo aprovechó para empujarlo?

-Sí.

-Lo empujaron…

-No el peronismo. Sectores del peronismo bonaerense, que no representan al peronismo del país, sino que son una parte importante.

-¿Cómo hicieron?

-Agravaron las movilizaciones.

-¿Y cómo las agravaron?

-¿No fue acaso la primera vez que las barras bravas actuaron organizadamente para hacer daño?

-¿A quiénes se está refiriendo?

-A grupos de intendentes bonaerenses.

-¿Quiénes?

-Me acuerdo una movilización muy grande de Mariano West, que era intendente de Moreno. Parece que eran los intendentes. Era muy anárquico lo que ocurría. Muchos dicen que Duhalde era el que comandaba esas cosas. Dicen, no sé. Pero, para mí, es una etapa de la historia ya superada […] Todos los argentinos sabemos lo que pasó.

-Pero que un peronista histórico reconozca la participación de dirigentes de su partido en la caída de un gobierno democrático es, siendo optimista, una autocrítica. No es habitual.

-Correcto. Tal vez, retroceder a aquella época nos trae malos recuerdos. Es una página de la historia que es muy útil esclarecerla para que nunca más vuelva a ocurrir.

-Hace un mes, usted declaró: "Estamos tratando de unificar el peronismo. Vamos a participar De la Sota y yo. Massa no se decidió porque quiere participar en su espacio propio". Y de repente, en el Hilton, De la Sota y Massa lanzaron un acuerdo y usted lo vio por TV. ¿Qué pasó?

-[Se ríe] Así es. No sé por qué ellos nos excluyen. Cometen un error político grave.

-Repasemos la novela: hace un año, ellos no se hablaban y usted hizo de Celestino.

-¡No se hablaban! Yo fui el de la idea.

-¿Y entonces?

-¿No será el marketing de estos que piensan que la política es una cosa despreciable y que miran las imágenes, los colores?

-¿Alguien le puede estar diciendo a Massa: "No te juntes con el Adolfo porque te envejece"?

-Sí, puede ser. Yo voy a recordar una cosa: Uruguay recurrió a Mujica, que hizo una gran presidencia, con humildad. Lo más lejano a la juventud era Mujica.

-Pero ¿usted no se daba cuenta de que lo dejaban afuera?

-No, la noche anterior yo estuve con De la Sota. El jueves estuve en San Juan con Massa y con De la Sota. Esto, obviamente, no lo han organizado en un día.

-Le propongo otra hipótesis: De la Sota se junta con Massa, y dicen: "Seamos los accionistas mayoritarios nosotros dos, así «empujamos la lapicera» de las listas. Y sumemos al Adolfo después, así le queda una lapicera más chiquita".

-Puede ser que hayan decidido así, pensando que es una forma de que ellos tengan una lapicera más grande que la mía. Pero ésa no es la política, sino politiquería.

-Salvo que usted haya pedido algo desmesurado o que los incomodó…

-No. ¡Si yo estoy ofreciéndome para jugar en una PASO, en las que lo más probable es que sea el perdedor! Pero contribuyo, desde mis convicciones, a la unidad, a enriquecer un espacio. Por eso hablé de valores importantes: la unidad, la lealtad, el patriotismo. Es muy probable que para la Argentina del marketing sea una escala de valores que no existe.

-De modo que usted cree que lo dejó afuera el marketing…

-Es que no tengo otra explicación. No te digo primeros. ¡Con el peronismo desunido, no salimos ni segundos en la primera vuelta! Nadie puede trabajar por su autodestrucción. Yo le dije: "Massa, tu camino es equivocado, vas perdiendo votos".

-¿Por qué pierde votos?

-Porque los peronistas ven de mala forma que esté todo el día hablando de los radicales. Si en La Pampa, en vez de apoyar a los candidatos peronistas, apoyás la fórmula radical; si en La Rioja, en vez de apoyar a la fórmula peronista, apoyás a los radicales; si en el Chaco, en vez de apoyar a los peronistas, apoyás a los radicales, los peronistas se sienten excluidos. Tenemos que incluirlos. Si él tenía una buena relación con Insaurralde, ¿por qué se fue? No lo supo contener.

-Volviendo a usted, quizá piensen que tiene votos sólo en San Luis.

-Puede ser, pero es una apreciación equivocada. Yo soy un dirigente nacional. Repasen los escrutinios y van a ver que yo saqué 3 millones y pico de votos en 2003, y Alberto, creo, sacó 1.800.000 y 1.700.000 en las dos últimas elecciones presidenciales. ¿Para qué me van a desafiar a que yo muestre cuántos votos tengo? Si me desafían, lo voy a mostrar, pero así no se construye en política.

-¿Y cómo cree que seguirá todo?

-Tal vez dentro de dos semanas haya una foto en la que estemos los tres. Mi concepción es que hay que construir la unidad.

-¿Usted tiene un plan B por si no lo llaman?

-Hay un solo plan: yo voy a ser candidato. Yo quiero ser candidato dentro de un espacio de unidad peronista. Si no lo permiten, voy a ser candidato igual.

-¿Hasta cuándo va a esperar que suene el teléfono?

-El teléfono puede sonar de allá para acá o de acá para allá. Yo también puedo llamar.

-¿Ah, usted llamaría?

-No es que voy a llamar. Pero puedo llamar.

-La gente que lee debe estar pensando: "El Adolfo no tiene autoestima, ¿cómo va a llamar él?".

-[Se ríe] Hay personas que deben pensar: "El Adolfo es demasiado bueno". Y otros van a pensar: "El Adolfo es un patriota". Yo me siento un patriota tratando de construir la unidad del peronismo para lograr la unidad nacional. Para mí, lo del Hilton no fue un buen gesto, pero transformémoslo en uno bueno. Es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. ¡Todos unidos triunfaremos!

 

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