La provincia sufre una baja del 20% en los fondos nacionales

Con ingresos en picada, el Gobierno refuerza su política de austeridad. La crisis financiera que atraviesan las provincias golpea de lleno a San Luis, donde la coparticipación federal de impuestos cayó un 20% en términos reales, encendiendo luces rojas en el gabinete económico provincial. El el delicado equilibrio de las cuentas públicas, en un contexto de alta demanda social y creciente presión sobre los servicios esenciales.

Con una fuerte dependencia de los recursos que envía la Nación, San Luis enfrenta el desafío de sostener el funcionamiento del Estado con menos ingresos, pero más responsabilidades. Ante este escenario, el Gobierno provincial profundizó su política de austeridad: recortes en gastos operativos, control estricto del presupuesto y revisión de programas no prioritarios se volvieron moneda corriente en los despachos oficiales.

“La caída de la coparticipación nos obliga a redoblar esfuerzos para garantizar lo básico: salud, educación y seguridad. No hay margen para gastos superfluos”, indicaron desde la administración puntana.

El deterioro de las finanzas exige redoblar esfuerzos para el pago de salarios y la ejecución de obras. A esto se suma un fenómeno preocupante: mientras los ingresos bajan, las obligaciones del Estado crecen.

A pesar del escenario adverso, la administración provincial insiste en mantener el equilibrio fiscal. “La austeridad no es una opción, es una necesidad”, agregaron fuentes cercanas al Ejecutivo.

La situación de San Luis refleja una problemática que atraviesa a todo el país, pero que se siente con mayor crudeza en las provincias que tienen menos margen de maniobra financiera. Mientras tanto, la demanda por una distribución más equitativa de los recursos nacionales vuelve al centro del debate federal.