Omar Sosa falleció en las últimas horas a la espera de una prótesis que el PAMI nunca quiso entregar, Marta Rubicini, directora, y Diego González, coordinador de la obra social, se burlan de la justicia e incumplen la orden del Juez Federal.
Internado desde hace 30 días y a la espera de una solución que nunca llegó, Omar falleció y es otra víctima de un sistema perverso que elige quien vive y quien debe morir. La crueldad humana en su máxima expresión.
Sosa era un paciente que necesitaba que el PAMI funcione que debe ser, es decir, poder elegir a sus médicos y obtener un tratamiento acorde a su patología cardiovascular, esperó y la omnipotencia de los funcionarios hizo el resto. Una muerte que pudo evitarse si Rubicini y González cumplieran con la orden emitida por la Justicia Federal de reintegrar inmediatamente las prestaciones a la Clónica del Aconcagua, nosocomio con los más altos estándares de atención y experiencia calificada en pacientes de riesgo. Hasta el momento la obra social esquiva a la justicia, "yo hago lo que quiero, a mí ningún juez me va a decir lo que tengo que hacer", respondió Rubicini a un grupo de abuelos que suplicó la autorización de órdenes médicas.
En este contexto la situación es cada vez más grave y angustiante para uno de los sectores sociales más vulnerables de la sociedad.