El ministro de Relaciones Exteriores, Gerardo Werthein, comunicó su renuncia y activó el proceso formal de salida del cargo. La decisión se produjo tras semanas de versiones sobre diferencias internas y redefine el mapa del gabinete en un momento político sensible.
La dimisión fue elevada con fecha cierta y contempla plazos administrativos para el traspaso. En el plano político, la Cancillería quedará bajo conducción interina o reemplazo próximo, según los tiempos que defina el Poder Ejecutivo para cubrir la vacante.
La gestión del ministerio había acumulado tensiones vinculadas a estilos, prioridades y agenda internacional. El cambio abre una nueva etapa para la estrategia externa, con foco en la relación con socios comerciales, organismos multilaterales y agenda regional.
En paralelo, se esperan definiciones sobre el perfil de su reemplazo: continuidad técnica, giro político o una figura con impronta propia. El movimiento ocurre con frente externo complejo y necesidad de previsibilidad hacia inversores y aliados.
El recambio en la Cancillería será una señal clave sobre prioridades y estilo de la política exterior en el corto plazo, con impacto en la agenda económica y diplomática.