Mientras las calles de San Luis se llenan de reclamos, marchas y pedidos desesperados por justicia, la jueza Carolina Monte Riso decidió tomarse unos días de descanso. Sí, en medio del descontento social y las causas que duermen en los tribunales, Monte Riso —esposa del exfuncionario Micky Berardo, vinculado a múltiples hechos de corrupción durante la gestión de Alberto Rodríguez Saá— armó las valijas y se fue de vacaciones.
Nos toma de boludos. La Jueza festeja sus 15 días de joda.
La decisión causó indignación entre familiares de víctimas y referentes de la comunidad judicial. “Nosotros no podemos descansar, vivimos esperando respuestas. Pero ella se va como si nada pasara”, expresó una madre que espera avances en una causa de violencia de género paralizada en el juzgado de Monte Riso.
La polémica crece por el perfil político de su entorno: su esposo, Berardo, fue parte del círculo más íntimo del exgobernador Rodríguez Saá, implicado en manejos turbios de fondos públicos y beneficiado durante años por la impunidad judicial.
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Mientras tanto, en tribunales, varios expedientes clave siguen acumulando polvo. La ausencia de Monte Riso no solo deja un vacío institucional, sino que evidencia el desconecte entre algunos sectores del poder judicial y la realidad de una provincia que atraviesa una crisis de confianza.
¿Vacaciones o abandono de deberes? La sociedad exige respuestas, y cada minuto que pasa sin justicia profundiza la indignación.