Machirulos disfrazados de feministas: Protegen al golpeador Rosendo, impiden que asuma una mujer y reclaman cupo femenino

La hipocresía de los Rodríguez Saá, levantan la bandera de la defensa de las mujeres y durante décadas fueron los mayores opresores. Defendieron a Ariel Rosendo de la justicia, acusado de ser  golpeador y ahora se disfrazan de feministas.

Desde el advenimiento de la democracia la familia Rodríguez Saá maneja los hilos del poder, jueces sometidos y legisladores serviles es la ecuación perfecta para someter al pueblo. Alberto, ahora su hijo y el séquito de miserables a sueldo, encontraron en la histórica reivindicación de los derechos de las mujeres un nicho para hacer la más barata politiquería.

Durante décadas, Alberto sometió a las mujeres, las denigró, las maltrató y las sacó de los ámbitos representativos, hasta hoy que necesita de ellas. La historia reciente así lo demuestra, en 2003 obligó a la entonces gobernadora Alicia Lemme a renunciar y llamar elecciones para presentar él, entendía que una mujer no podría tomar decisiones de Estado. Más tarde, en 2007, a la misma persona la mandó a disputar la intendencia capitalina, ganó Lemme y empezó un verdadero calvario a tal punto que la expuso públicamente para castigarla por tener pretensiones políticas no autorizadas, la dirigente desapareció del radar público.

Durante la presidencia de Cristina Fernández trató a la máxima autoridad política y representativa del país como "tilinga", un término que busca mofarse de la capacidad intelectual de una persona, en este caso una mujer. Nuevamente el destrato.

En los últimos años, el Gobernador apañó a Ariel Rosendo, senador provincial por el Departamento Pedernera que fue elegido precisamente por el mandatario en detrimento de mujeres con capacidad suficiente, idoneidad y antecedentes que distan mucho del legislador y su perfil de golpeador. El amparo a Rosendo terminó por doblarse por la presión social y mediática, pero se mantiene a tal punto que Rodríguez Saá impide que asuma la mujer que debe reemplazarlo. Si, otra vez, el machirulo en su máxima expresión.

Hoy, después de proteger, amparar y potenciar la violencia machista los Rodríguez Saá se disfrazan de feministas, es sólo eso, una apariencia que en la práctica nunca se dio.

 

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