El Intendente quiso victimizarse y le salió muy mal. Dijo que la prensa lo ataca, lloró pero no convenció a nadie a tal punto que su esposa y la Jefa de Gabinete del Gobierno no aguantaron la risa. Papelón televisado.
La apertura de sesiones ordinarias en el Concejo Deliberante de la ciudad de San Luis dejó al descubierto una serie de falencias propias del Intendente, claramente no redactó el discurso, desconocía el contenido a lo que se sumó como su incapacidad para leer de corrido, los serios problemas de pronunciación y para culminar ensayó un llanto que nadie creyó.
"Los medios de prensa opositores dijeron muchas cosas durante la campaña, cosas que me dolieron", comenzó a decir el Intendente durante un tramo del discurso. "No voy a hablar mucho porque este tema me toca mucho", agregó y desató un increíble llanto ante la sorpresa de los presentes que lo acompañaron con aplausos para que saliera de ese momento incómodo e inesperado.
"Tratemos de informar con coherencia", insistió Tamayo y volvió a quebrar la voz para que esta vez su esposa "Mariví" Lavandeira y Natalia Zabala Chacur, Jefa de Gabinete de Rodríguez Saá, no disimularan la risa que les provocó semejante espectáculo.
Inmediatamente después, el Intendente resopló, se tomó varios segundos y dijo: "vamos a continuar", a esa altura era lo que todos esperaban para terminar con la actuación de mala calidad.
Otro: el ex vicegobernador con el piano triste de tinelli