Murió Capitán, el perro que desde 2007 visitaba la tumba de su amo

La historia se hizo mundialmente conocida. El animal tenía alrededor de 15 años y desde que murió su dueño no se alejó de su tumba en el cementerio de Carlos Paz, Córdoba.

La noticia conmovió al mundo entero. Dada a conocer por La Voz en 2012, el caso recorrió cientos de portales y hasta un equipo francés llegó hasta Villa Carlos Paz para filmar una película contando la historia, que hoy tiene su punto final.

Capitán, el perro fiel que desde 2007 visitaba la tumba de su amo, fue hallado sin vida este lunes en el cementerio. El animal tenía alrededor de 15 años y estaba enfermo. Hacía unos años se le había detectado una insuficiencia renal crónica que le provocaba vómitos y un estado de somnolencia. “Capi” caminaba con dificultad y había perdido parte de su visión. Pero nada de esto le impedía seguir al lado de su dueño hasta el último de sus días.

Capitán vivía en el cementerio de Villa Carlos Paz desde enero de 2007. Su historia recorrió el mundo unos años más tarde. Miguel Guzmán, el dueño del perro, falleció en marzo de 2006, y a los pocos meses el animal desapareció de la casa. La familia lo dio por perdido o pensó que había muerto. Fue unos meses después, en una visita al cementerio, cuando se dieron con que el perro había seguido el rastro de su dueño y se había instalado a vivir allí, al lado de su tumba.

Lo que sorprende a quienes conocen la historia es que Miguel murió en el hospital de Carlos Paz y su cuerpo fue trasladado desde allí a una casa velatoria, muy lejos de su vivienda. Según el relato de la familia, ni ese día ni ningún otro el perro los siguió hasta el cementerio.

Héctor Baccega, director del Cementerio municipal de Villa Carlos Paz, había contado a La Voz tiempo atrás: “El perro apareció acá solo y dio vueltas por todo el cementerio, hasta que llegó también solo a la tumba de su dueño. No lo llevó nadie hasta ahí. Y eso no es todo: cada día, a las seis de la tarde, va y se acuesta frente a esa tumba”.

“Capitán recorre el cementerio conmigo todos los días. Pero cuando llega esa hora se va para el fondo, donde está la tumba de su amo. Este perro nos da una lección. Creo que los humanos tendríamos que apreciar más los recuerdos de los que se nos van. Los animales nos enseñan tanta fidelidad”, había dicho Baccega.

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