¿Qué leer? El último ganador del Nobel de Literatura hace sus recomendaciones

Kazuo Ishiguro, británico de origen japonés, recientement galardonado con el Nobel de Literatura por diversas obras, hace sus recomendaciones para la comunidad de lectores.

¿Qué libros se encuentran en este momento en tu mesa de noche?
Las nuevas traducciones al inglés de Stephen Mitchell de La Ilíada y La odisea. Estas versiones son ordenadas y menos líricas que las grandiosas traducciones de Falges, pero las emociones profundas se asoman poderosamente desde esas sutilezas.

Debajo de ellos está The Mighty Dead: Why Homer Matters, de Adam Nicolson, que quizá leeré, o no, después. Luego está mi proyecto del gótico sureño: El corazón es un cazador solitario, de Carson McCullers, y Sangre sabia, de Flannery O’Connor, ninguno de los cuales he leído. Encima de todos, sin embargo, está Joni Mitchell in Her Own Words: Conversations With Malka Marom. Curiosamente, he descubierto que admiro cada vez más a Mitchell conforme envejezco (lo opuesto de mi experiencia con la mayoría de sus colegas cantautores de la década de 1970). Discos como Hejira y Blue ahora suenan innegablemente como arte del bueno, y no estoy siendo para nada nostálgico cuando lo digo. Pero siempre ha sido un enigma para mí, y espero que este libro rebose de revelaciones silenciosas.

¿Quién es tu novelista favorito de todos los tiempos?
Recientemente Charlotte Brontë desbancó a Dostoievski. Conforme releo en mi madurez, soy menos paciente con el sentimentalismo de Dostoievski y esas largas divagaciones improvisadas, que debieron haberse eliminado al editar. Sin embargo, su acercamiento a la locura es tan abarcador y profundo, que uno comienza a sospechar que se trata de una enfermedad universal. En cuanto a Brontë, bueno, le debo mi carrera, y muchas cosas más, a Jane Eyre y a Villete.

¿Qué libros quizá nos sorprendería encontrar en tus estantes?
Tengo una sección dedicada a narraciones sobre el Viejo Oeste. Dado lo central del mito fronterizo en la memoria colectiva estadounidense, me ha intrigado desde hace tiempo la reticencia de la comunidad literaria de EE. UU. para abrazar más incondicionalmente este género. Percibo cierto nerviosismo, evasión e inseguridad siempre que surge ese tema en círculos educados. ¿Será solo que las narraciones de vaqueros parecen pertenecer tanto al cine? ¿O habrá una inquietud más profunda por el territorio que inevitablemente ocupa? En mi librero están True Grit; Incidente en Ox-Bow; Meridiano de sangre (una obra maestra); Paloma solitaria (quizá también lo sea); Deadwood; Butcher’s Crossing; St. Agnes’ Stand; Los jinetes del sabio púrpura, y otras. Todas son muy buenas novelas. Pero no me mencionen The Virginian: los primeros dos capítulos son sólidos, pero luego es bastante pobre.

¿Cuál es el último libro que leíste que te hizo reír?
Amor en clima frío, de Nancy Mitford. Es realmente gracioso, pero también sorprendentemente oscuro.

¿Cuál es el último libro que leíste que te hizo llorar?
Los dramas de Terence Rattingan, en particular La versión de Browning, After the Dance, Flare Path y El chico de los Winslow. Hay por lo menos un gran momento conmovedor en cada uno de ellos, y la emoción nunca es gratuita. Jamás fallan en hacer que los ojos se me llenen de lágrimas, ya sea que las esté leyendo o viendo representadas en un escenario.

¿Qué tipo de lector eras de niño? ¿Cuál era tu libro favorito? ¿Tu personaje más entrañable?
Al igual que muchos niños, casi no leía nada… hasta que descubrí las historias de Sherlock Holmes en la biblioteca local. Tenía 9 o 10 años, y no solo leí obsesivamente sobre Holmes y Watson, sino que comencé a comportarme como ellos. Iba a la escuela y decía cosas como: “Por favor, tomen asiento” o “Eso es muy peculiar”. En ese entonces la gente simplemente lo atribuía a que soy japonés.

Si le pudieras pedir a un gobernante que leyera un libro, ¿cuál sería?
Le ofrecería Red or Dead, la demente novela de David Peace sobre el entrenador de fútbol soccer de la vida real Bill Shankly (red, o rojo, no se refiere al comunismo, sino a los colores del Club de Fútbol Liverpool). La novela es loquísima, pero bastante brillante, y es un homenaje a un tipo de decencia gloriosa que alguna vez estuvo al centro de la vida británica, pero ahora se desdibuja rápidamente.

¿Qué libros te descubres releyendo una y otra vez?
Tiendo a no releer libros enteros varias veces, incluso mis grandes favoritos. Pero sí regreso a ciertos cuentos, como lo haría con mis piezas musicales favoritas. “Rock Springs”, de Richard Ford (el cuento en el libro del mismo título); Iónich de Chejov; “Tell Me Who to Kill”, de V. S Naipaul; la colección de cuentos Incendios, de Raymond Carver; “El éxito de Cuthbert”, de P. G. Wodehouse; “Estrella de plata”, de Conan Doyle. También el drama “La sombra del valle”, de John Millington Synge.

¿Qué libros te avergüenzas de no haber leído?
La lista es demasiado larga para ser significativa. Un candidato nuevo para El Libro No Leído Más Vergonzoso surge cada pocos días, dependiendo de sobre cuál estén hablando frente a mí. El de esta semana es Trampa-22 (Catch-22).

¿Qué planeas leer a continuación?
Mi esposa no ha dejado de decirme que lea un thriller británico de una autora debutante, Kate Hamer, llamado The Girl in the Red Coat (que no debe confundirse con los varios títulos recientes que comienzan con “The girl…/La chica…”). Mientras ella lo leía yo notaba que no era totalmente ella misma. Se la pasó diciendo que era tan perturbador que quería dejarlo, pero era imposible parar. Ahora tengo que descubrir si estaba exagerando.

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