Buscan acelerar pedidos de adopciones y que la gente acepte chicos más grandes

Ahora en algunas ciudades existe la facilidad de comenzar el proceso por Internet. Y serán digitalizados todos los legajos y documentos. De todas maneras, sigue existiendo una enorme brecha entre los deseos de los aspirantes y la realidad de los niños, niñas y adolescentes que están en los hogares bajo la protección del Estado.

En la ciuadad de Buenos Aires, el 82% de los 1.100 inscriptos en el Registro (902) busca adoptar a un bebé menor de un año, pero sólo el 1% de los 200 niños en estado de adoptabilidad, es decir 2, tiene menos de un año. Lo que se busca entonces es sensibilizar a quienes han tomado la decisión, ya que la mayoría de esos otros 198 niños tiene algún problema de salud, conforma un grupo de hermanos o ya ha llegado a la adolescencia.

“Adoptar es un acto de amor, pero se debe entender que no siempre se puede formar una familia con un bebé, sino que también se puede armar con los niños que están -explica Karina Leguizamón, al frente del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes porteño-. Lo que hemos cambiado es que antes de inscribirse los aspirantes deben ir a tres reuniones que son obligatorias. Allí un equipo de profesionales les explica cómo es el proceso, cómo son los tiempos, y cuál es la realidad de los niños que están en estado de adoptabilidad. Se han acortado los plazos, pero el problema es que el 82% quiere tener un bebé… sólo el 3% de estos 200 niños tiene menos de 4 años, la gran mayoría tiene más de 6”.

En estos “Encuentros Informativos”, que son espacios abiertos al público en general y obligatorios para quienes se inscriban en el Registro Único de Aspirantes a Guardas Adoptivas (RUAGA), se da información sobre los aspectos legales, administrativos, sociales y psicológicos de la adopción.

“No sólo se trata de agilizar un proceso que era burocrático, sino que debe haber un cambio cultural”, opinó el jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta.

Entre los avances tecnológicos está la digitalización de los documentos, los legajos son electrónicos. También se reforzaron los equipos de especialistas que acompañan en los procesos de vinculaciones y guardas.

Y se incorporó el ítem de “flexibilidad”, para quienes piensen que puedan estar dispuestos a ser convocados en determinados casos que no coincidan con lo que habían puesto. Leguizamón contó que en lo que va del año hubo 24 casos en lo que los aspirantes cambiaron de postura luego de repensar el tema. Si es un grupo numeroso de hermanos, o alguno de los niños tiene algún problema de salud “el Estado puede ofrecerles otros programas disponibles para ayudarlos a que esos niños tengan acceso a la salud, a la educación”, explicó la ministra porteña de Desarrollo Humano y Hábitat Guadalupe Tagliaferri.

Marcela Sommer es jueza de familia. Y detalla los plazos que dispone el Nuevo Código Civil: los organismos protectores de infancia tienen como máximo seis meses para intentar una revinculación de un niño con su familia de origen o ampliada, y si no se logra, se le comunica al juez, que dispone de 90 días para dictar su estado de adoptabilidad, entonces es cuando pide los registros para buscar posibles padres. “En general cuando se llega a la instancia de pedir los legajos el juez tiene mucha premura. Se citan a los aspirantes y se tienen entrevistas personales. Yo siempre las hago con un defensor de menores y un asistente social. Al elegir se da el niño en guarda, que es una etapa que se sigue bien de cerca por profesionales. Si sus informes son favorables, comienza el juicio para la adopción definitiva. Puede ser una pareja heterosexual, o de varones, de mujeres, un hombre solo, una mujer sola, no importa, el eje está puesto en qué es lo mejor para el niño”.

“Hay muchos mitos en la adopción. Que las demoras son eternas, que hay montones de chicos en la calle, que se entregan por izquierda… -dice a Clarín Yael Bendel, asesora General Tutelar de CABA-. Hay que entender que el Estado está dejando al cuidado de alguien un niño, y para eso requiere un diagnóstico y estar convencido de que es la persona indicada. Lo que sucede es que se detecta que estos niños sufren violencia o negligencia cuando son más grandes, por eso la mayoría no son bebés. No tiene que haber más bebés en estado de adoptabilidad sino más personas dispuestas a adoptar a los niños que están. El derecho a tener una familia es del niño, no al revés”

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