El Parque Iguazú dio la orden de matar a cinco pumas inocentes

Un escándalo se desató en Iguazú, Misiones, cuando comenzó a circular a media voz el operativo que se realizó el 7 y 8 de marzo para rastrear con perros y matar a cinco pumas residentes del Parque Nacional Iguazú. La especie se encuentra amenazada por la presión sobre sus territorios y no se registraron ataques a personas.

Hace cerca de un año un turista dijo haber visto un puma en el área de Cataratas y se montó un operativo para rastrearlo. Luego, a partir de cámaras trampa en diferentes lugares del parque, observaron a unos cinco individuos en la zona cercana a Cataratas.

Para evitar mala prensa, el grupo económico que maneja el Parque y el intendente del mismo decidieron rastrear con perros, cazar y matar a los 5 felinos que se han acercado más a algunas zonas de Cataratas.

En dicho grupo económico que maneja el parque, se encuentra el ex gobernador de Misiones Maurice Closs, el Intendente del Parque Nacional Iguazú Sergio Arias Valdecantos, que también está implicado.

En un comunicado, Valdecantos solo señaló que entre esas fechas el lugar permanecería cerrado al público con el objetivo de atrapar y reubicar a los pumas, pero diferentes sectores conservacionistas y fuentes anónimas alertaron que esto era una pantalla para el verdadero operativo.

La noticia del operativo de ultimación de los felinos ya llegó a la Dirección de Parques Nacionales y se espera ponga freno a esta brutal cacería. Los pumas son animales nativos, amenazados por la expansión urbana y agrícola sobre sus territorios, y son una de las especies estables residentes allí.

Concesionaria Iguazú Argentina vs los pumas
Los servicios del Parque Nacional Iguazú están concesionados a una empresa, por lo que la entrada de un parque nacional y parte del ingreso por venta de servicios va a un privado, en este caso Iguazú Argentina.

Pero, ¿cómo es esto posible? Una bióloga que prefiere reservar su identidad, explica que “uno de los problemas que enfrentan los pumas es la reducción drástica de su hábitat, a causa de la presión humana. Y dentro de las pocas áreas silvestres que aún quedan, la más destacada en calidad y extensión es ésta. Pero, por otro lado, vemos el mal manejo de fauna que se hace en el Parque Iguazú.

El personal no informa adecuadamente ni detiene a los turistas que buscan entretenerse alimentando a algunos animales, como sucede con los coaties. Los pumas son animales silvestres que muy raramente atacan a los humanos; prefieren huir. Pero con estos pumas hay cierto contacto con la gente, que nunca debió ocurrir por su propio bienestar. Hace un mes uno de estos pumas se estaba bañando en la pileta del hotel Sheraton, que está en las Cataratas. Y esto no es culpa de los animales, sino responsabilidad de las autoridades. Sumado a que los coaties y otros animales que son presas de los pumas desplazan sus rutas de alimentación hacia las zonas más comerciales donde los visitantes les dan de comer o pueden buscar restos de comida en la basura. Y también, que cada vez más adentro del parque están siendo invadidos. Un claro ejemplo es el Hotel Sheraton, que no tendría que estar ahí”.

Y agrega: “Pero la solución no es matarlos. Es que la gente esté más contenida. Es un desastre ecológico que exista un hotel en medio de un Parque Nacional. Pero esta y otras irregularidades se deben al hecho de que un privado se lleva la plata que le corresponde a un Parque Nacional. Ese es el principal error. El parque no es una empresa y no debería manejarse con esa lógica”.

Sobre la medida aclara que “la solución propuesta de matar ejemplares es ineficaz y no tiene ningún respaldo ecológico, biológico o veterinario. Ya que, mientras se mantengan las condiciones de manejo inadecuado de fauna y de turistas, nuevos individuos ocuparán el nicho ecológico dejado por los que sean asesinados. No se trata de cuestiones individuales, sino estructurales”.

Por otro lado, prima la lógica antropocéntrica: el Parque Nacional se gestiona como un lugar de entretenimiento, muy lejos del “turismo respetuoso de la naturaleza” y de la “preservación de especies nativas en peligro”. A su vez, miles de animales silvestres originarios de esta región pierden sus hábitas y siguen siendo eliminados por falta de políticas de conservación estructurales. No tiene ningún sentido matar a los pumas residentes de allí por el placer momentáneo de quienes visitan la zona por unas horas. Antes que eso, deberían cerrase al público las zonas de potenciales encuentros e ir modificándose los factores que influyen en que los animales cambien sus rutas y entren en contacto con humanos.

DEJA TU COMENTARIO