La causa judicial que investiga lavado de activos, conocida como “La Ruta del Dinero K”, sumó nuevos testimonios, pruebas y documentos en relación a las famosas "bóvedas" del empresario kirchnerista para esconder el dinero en Santa Cruz.
Leonardo Fariña, quien declaró como "arrepentido" ante el juez federal Casanello, dio datos de las bóvedas que poseía su exjefe Lázaro Báez y señaló que conoció una de ellas en la chacra en la que vivía el empresario antes de ser detenido.
Según reveló Fariña, los millones que vio allí, y que supo que estaban repartidos en varios lugares similares, provenían “del negocio que tenía en común Néstor Kirchner con Lázaro Báez”.
Pero los detalles de las “bóvedas” que constan en el expediente exceden a los que se conocen hasta ahora por el testimonio de Fariña. Según pudo saber Clarín, los investigadores analizan otros puntos e inmuebles en los que Báez habría escondido dinero en efectivo en sumas multimillonarias.
En este sentido, el diario indica que en las bodegas el empresario instaló casilleros para guardar fajos de dinero, pero que también utilizó cajas para enterrar más plata. Por eso, según dijo Fariña en la Justicia, algunos billetes terminaban arruinados por la humedad y los hongos.
Asimismo, siempre según testimonios verbales y documentados en el expediente a los que accedió Clarín, Báez también habría levantado en terrenos diferentes construcciones, que a simple vista podrían confundirse como funcionales para la dinámica de las casas de alrededor, para guardar dinero en efectivo.
Por otro lado, Fariña especificó que los millones de la fortuna que identificó como de Baéz y de Kirchner también se solían depositar en cajas de seguridad de la financiera “SGI”, conocida como `La Rosadita´. En esta línea agregó que el dinero podía