Habitaciones en mal estado en el Ramos Mejía

Habitación 47, del sector de precirugías del Sanatorio Ramos Mejía. Betiana Villegas tiene ahí internada a su madre, de 74 años, porque el martes la operaron de la rodilla. Tenía turno a las 6:40 y recién la llamaron a la sala de operaciones a las 12:40. Asegura que la espera fue una pesadilla porque recibió malos tratos y la estadía en la pieza no fue la mejor: se quejó porque las paredes tienen humedad y que se cayeron los azulejos. La mujer no pudo constatar si el resto de los lugares están iguales pero, por lo que le han comentado otros familiares de pacientes, no están en buenas condiciones.

Señaló que la humedad en las paredes fue clave para que se cayeran unos dos metros de azulejos, luego de que una moza llevase el té y sin querer se apoyara en el muro. Un empleado llevó dos baldes con todo el material destrozado porque pesaba demasiado. “Mi tía no pudo dormir la siesta por el polvillo”, señaló.

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Villegas sostuvo que encontraron sábanas y un colchón “llenos de sangre”. “Soy mujer, lavé sábanas toda mi vida y sé cómo sacar una mancha de la sábana. Nunca me quedaron manchadas. Me vas a decir que en un sanatorio van a tener algo así”, explicó.

La respuesta

Para el gerente del Sanatorio, Andrés Dágata, “esas quejas son cada dos minutos y generalmente son mentira”. “Jamás le van a poner sábanas con sangre, las tenemos limpias. Hace cuatro días compramos cuatrocientas sábanas y están todas en uso. Los boxes de enfermería tienen ese material para cambiarles a los pacientes. Y más en planta de cirugía dónde se corren mayores riesgos”, explicó.

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