El Gobierno no la busca, la justicia no se mueve y la niña falta de su hogar. Un año después la crónica es la misma. La provincia, en primer lugar, y el país, en segundo, se estremecían hace exactamente un año cuando la zona sur de la ciudad de San Luis se transformaba en un permanente operativo y rastrillaje en búsqueda de la menor que desapareció en la fría tarde del 14 de junio de 2021. Fue sólo eso, espasmos de intención de búsqueda por parte de las autoridades y nada más, ni una sola pista, ni un solo dato certero y luego la oscuridad, el ostracismo oficial sobre el caso. Pasó un año, la pregunta es siempre la misma y no encuentra una respuesta, ¿Dónde está Guadalupe?
La crónica que se repite
A los pocos días de la desaparición de Guadalupe este medio publicó una crónica que tiene absoluta vigencia y que da cuenta del estancamiento permanente de la investigación, del uso político y mediático del caso y los nulos avances para encontrarla.
Hoy se cumplen exactamente 15 días desde que Guadalupe falta de los brazos de sus padres y familiares, los mismos que son expuestos por la justicia incansablemente para tapar la inoperancia de una investigación sin horizonte. La desaparición de Guadalupe desnudó una serie de situaciones que complotaron contra su propia suerte, la ausencia total del gobierno en elementos y acciones que pudieran protegerla o al menos dar herramientas para encontrarla. Sin cámaras de seguridad, sin lector de patentes, sin investigadores preparados para este tipo de hechos.
Pasaron dos semanas, la justicia no puede seguir ni una sola pista porque no la tiene, no la consiguió, no pudo ni supo hacerlo. El gobierno se desespera por mostrarse activo con una serie de "tour turísticos" en torno a diques y espacios en los que hacen caminar a las fuerzas de seguridad. A eso se suman allanamientos espamentosos sin resultados, el objetivo parece ser el de ganar tiempo y que la sociedad y los medios de prensa se cansen y empiecen a hablar de otros temas. Guadalupe no aparece y los responsables no hacen nada para que la niña vuelva a sentir el calor de su familia.