Así lo asegura el Diario La Voz de Córdoba, el dirigente de Estudiantes de San Luis estaría jugando su propio partido y quiere evitar que Marcelo Tinelli despliegue todo su poder en el máximo organismo del fútbol nacional.
El periodista Federico Giammaría, quien firma la nota del periódico cordobés cuenta que un dirigente del interior, del fútbol del interior, que tiene una fórmula infalible. “A la AFA llevo salamines. Al menos así me atienden más rápido”, reveló hace poco cuando intentaba explicar cómo consigue el dinero para que su club siga funcionando. Lejos de las complejas negociaciones que uno imaginaría, en las oficinas de la calle Viamonte de Buenos Aires, todo es mucho más terrenal. Los salamines, en el caso del dirigente, dieron su resultado: se trajo, no hace más de dos meses, un millón de pesos para pagar sueldos.
En esos personajes está hoy el botín de guerra. En los 10 votos que los dirigentes del interior aportarán en la elección a presidente de AFA entre dos opciones. De un lado, el legado “grondonista” que representa Luis Segura; y del otro, la impronta modernista de Marcelo Tinelli. En el medio, más de 1.600 millones de pesos del Estado por el Fútbol para Todos y un futuro incierto.
Los primeros capítulos han sido de novela. Tinelli y sus adláteres negociaron una tregua y acordaron un pacto de “no agresión” con los de Segura. Pactaron elecciones para marzo de 2016 y se pusieron de acuerdo con el control del Consejo Federal, el organismo que maneja el fútbol del interior.
Se desató la "guerra" Tinelli-Segura
Duró poco. El viernes pasado, Segura voló por los aires el acuerdo y Roberto Fernández, quien iba a quedar a cargo del Consejo, fue borrado de un plumazo. “Está en llamas”, dijeron sobre la reacción de Tinelli.
Sabe el conductor televisivo que cuenta con el apoyo del Gobierno nacional (una versión periodística indica que el viernes se reunió en Casa Rosada con Carlos Zannini) pero que enfrente tiene una alianza con pocos amigos.
Allí, como un monje negro, comenzó a jugar Carlos Ahumada Kurtz. El argentino-mejicano que desembarcó en Córdoba para gerenciar a Talleres y que hoy maneja los destinos de Estudiantes de San Luis. Él forma parte de los que quieren desalojar a Tinelli. Para eso, trabaja silenciosamente con pesos pesados como Hugo Moyano, nada menos.
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En el medio, los cordobeses. El más jugado ha sido Talleres, con Rodrigo Escribano, su vicepresidente, llevando la voz cantante. La postura de la “T” es de claro apoyo hacia el conductor televisivo.
Diferente ha sido, hasta hoy, la posición de Belgrano. Armando Pérez demostró que no es momento de posturas altisonantes. El presidente del Pirata pega lo suficiente pero sale a tiempo del “mano a mano” que algunos dirigentes parecen dispuestos a dar. Sabe que será mejor esperar a ver los próximos capítulos en la AFA, en una lucha que lo tuvo como actor central pero que hoy no parece hacerle un lugar. Lo mismo Instituto, que vive una situación complicada en lo financiero y sabe que, sea quien sea el presidente, sus necesidades no cambiarán.
Las escuchas a Grondona que involucraban al Estudiantes de Carlos Ahumada
Así las cosas, en Buenos Aires prometen más novedades. Con Tinelli y Segura en campaña electoral, hoy son la cara y cruz de una situación que se ha quedado sin terceras alternativas. Resabios de la gestión Grondona, que arrasó hasta con la esperanza. Pero que aprendió a disfrutar de los salamines.