Mientras la provincia está paralizada por la falta de transporte, 400 familias de trabajadores con la incertidumbre de la fuente laboral, las empresas que amenazan con dejar el servicio, el Gobernador se fue a El Caldén, el Festival en el que gastó $ 150 millones.
Desidia, maldad, perversión o el calificativo que le quepa a la actitud que toma el Gobernador respecto a la situación que mantiene en vilo a la provincia. Miles de sanluiseños esperan la resolución del paro que comenzó el pasado 1 de marzo y que puede extenderse de manera indefinida mientras Alberto siga en la tozudez de no otorgar subsidios.
La salida que ofrece Rodríguez Saá, según los empresarios, es la de subir el boleto y quitar frecuencias, otra vez los pasajeros pagan los platos rotos.
Mientras todo esto sucede el mandatario destinó $ 150 millones al Festival del Caldén, que lo transmite en vivo por Crónica, una suerte de burla televisada para el resto de los habitantes de la provincia que son rehenes de un transporte que no funciona por responsabilidad exclusiva de Rodríguez Saá.