Con goles de Thomas Meunier, a los cuatro minutos, y Eden Hazard, a los 82′, los belgas se dieron el gusto de vencer por segunda vez en el torneo a los ingleses, a los que ya habían derrotado por 1-0 en el partido de cierre de grupo.
Inglaterra pudo empatar 1-1 en el segundo tiempo con un tiro de Marcus Rashford, pero Toby Alderweireld, compañero suyo en el Tottenham, despejó bajo los palos. Bélgica fue, de todos modos, claramente superior en un partido que le permitió cerrar una gran campaña tras 32 años sin acceder a semifinales en la Copa del Mundo.
El último lugar en el podio del Mundial generalmente deja sabor a poco, aunque para Bélgica tuvo el incentivo de superar el cuarto puesto que logró en México ’86 con una gran generación integrada por Enzo Scifo, Jan Ceulemans y Jean-Marie Pfaff.
E Inglaterra no pudo sacudir su modorra con los éxitos y se quedó con el cuarto lugar, igual que en Italia ’90. Sabor a poco para el país campeón mundial en 1966, que ha inventado el fútbol y tiene una de las ligas más poderosas del mundo.
El único aliciente es que el capitán inglés, Harry Kane, con seis tantos, está muy cerca de calzarse la Bota de Oro, mientras que el belga Romelu Lukaku se clavó en cuatro.
Pero a Kane se le secó la pólvora en los últimos tres partidos, ya que su último gol fue en los octavos de final ante Colombia, 1-1 (4-3 por penales), y tal vez esa sea una de las razones por las que Inglaterra jugó este sábado en San Petersburgo y no el domingo en Moscú.