River va por la gloria luego de 19 años

Copa Libertadores Juegan desde las 22. Con cualquier empate habrá alargue y, si fuese necesario, penales.

Hay razones futboleras, por supuesto. Hay razones espirituales, quizás más que nunca. Hay razones pasionales, ésas que tienen que ver con el sentimiento y con el corazón. Hay razones históricas, que se pueden sintetizar en asignaturas pendientes. Todas esas razones son las que bailan en la mente de un River que esta noche, exactamente a las 22 (televisan Fox Sports y la TV Pública), pisará el césped de un Monumental atestado como pocas veces para jugar, ante Tigres, el partido más trascendente de los últimos 19 años. Pavada de desafío.

1. Jugar a su ritmo y no al de la multitud. River cuenta con una ventaja, siempre y cuando sepa cómo afrontar el desarrollo: el valioso empate (0-0) conseguido la semana pasada en Monterrey. La cuestión es que debe lograr que esa circunstancia favorable no se convierta en un bumerán si el gol no llega pronto. Si Tigres mantiene el cero en su arco, la ansiedad de las tribunas puede ser contraproducente. Si mantiene la calma, si no resigna la paciencia, si sus nervios no se alteran, si espera el momento adecuado para asestar la estocada, River habrá hecho un avance titánico en la búsqueda del objetivo anhelado. Contra Atlético Nacional, en la final de la Sudamericana 2014, lo supo hacer y fue campeón. Esta vez, debe repetir aquel inteligente plan.

2. Otro equipo, ¿otra forma de atacar? Las bajas (Mercado, Mora, Mamanna, Viudez) complicaron a Gallardo, está claro. Y el Muñeco sorprendió otorgándole la titularidad a Cavenaghi cuando nadie (o casi) tenía en cuenta al hasta hoy relegado goleador. River atacará, entonces, con dos tanques a un rival que -se supone- se cerrará contra su área: el muchacho de O’Brien y Alario. ¿Cómo se moverán? ¿Cavenaghi irá de punta y el santafesino se tirará unos metros atrás? A la inversa no parece. ¿Ambos se fajarán en el cuadro grande con los defensores mexicanos? Lo que precisarán los delanteros es que el abastecimiento les llegue seguido y limpio. Para ello, Sánchez y Bertolo -uno en cada orilla- deberán ser veloces, continuos y precisos.

3. Un cerco para Gignac y compañía. River está preparado para tomar la iniciativa y para apuntar toda su artillería hacia Guzmán desde el inicio. Tigres es un equipo temible si va al frente y frágil cuando tiene que defender. O sea: River no puede regalarse atrás, como no se regaló en México: Maidana y Funes Mori la descosieron allá, y el francés Gignac y Sobis pasaron prácticamente desapercibidos. La idea es la misma: cortar el circuito de juego y ofensivo de Tigres. Después, con la pelota, todo dependerá de River. De su fútbol, de su coraje, de su carácter y de su alma.

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