Fernando Almeida de 13 años sufre una miocardiopatía dilatada y su familia lo llevó al Hospital Garrahan para ser atendido. Desde el centro de salud sostienen que no reúne las condiciones necesarias para recibir un corazón.
Fernando Almeida tiene 13 años y es oriundo de Corrientes. Sufre una "miocardiopatía dilatada por influenza B" y por ello, su familia lo trasladó al hospital Garrahan para que sea tratado. Sin embargo, los profesionales que evaluaron su caso sostienen que por su "diagnóstico", "condición social y familiar", el adolescente "no reúne criterios para ingresar en la lista del trasplante cardíaco del INCUCAI".
El menor permanece desde algunas semanas atrás en la Unidad de Cuidados Cardiovasculares del Garrahan, donde fue atendido y los médicos estudiaron su caso. En un informe concluyeron: "Teniendo en cuenta el diagnóstico, la condición social y familiar (…) se concluye que el paciente no reúne criterios para ingresar en la lista de trasplante cardíaco del INCUCAI".
Roberto Jabornisky, uno de los pediatras que atendió al adolescente en el hospital de Corrientes, indicó: "Fernando es otra víctima más de las inequidades del sistema de salud", ya que "a estos chicos la pobreza no solo les quita futuro, también les quita posibilidad de tratamiento y atención", expresó, según publica el medio Ámbito Financiero. "Su única opción es volver a Corrientes para que lo miremos morir, así de duro, así de simple, así de fuerte", concluyó el profesional.
"Lamentablemente Fernando está desahuciado porque la única solución es el trasplante y si bien es entendible que el Comité de evaluación considere que hay otros casos con mayores probabilidades de supervivencia, la situación no deja de angustiarnos a todos los que integramos el servicio de pediatría", reconoció Jabornisky, quien lo atendió junto al Dr. Fernando Español (jefe de la Terapia Intensiva del Juan Pablo II) y la Dra. Bibiana Rigonatto (médica de cabecera).
El joven es el segundo de siete hermanos de una familia cuyo sostén es el padre, que trabaja como albañil haciendo changas en Virasoro. "Mi esposo no pudo venir a acompañarnos hasta Buenos Aires porque estaba en una obra y no puede dejar de trabajar porque si no, no comemos", indicó la madre de Almeida, María Elena.
"Estamos agradecidos por todo lo que hicieron los doctorcitos y nos volvemos a casa con la esperanza de un milagro que le salve la vida a nuestro hijo", finalizó la mujer.