El próximo 1 de septiembre, el asteroide de su clase más grande de los últimos 20 años se aproximará más que nunca al planeta. Florence, de 4,4 kilómetros de tamaño, se acercará y pasará a unos 7 millones de kilómetros de la Tierra, lo cual es equivalente a dieciocho veces la distancia entre la Luna y la Tierra.
Más allá de que algunas rocas se aproximaron todavía más al planeta, ninguno tuvo las dimensiones de Florence. "Florence es el asteroide más grande que pasó por nuestro planeta tan cerca desde que comenzó el programa de la NASA dedicado a detectar y rastrear los asteroides cercanos a la Tierra", indicó Paul Chodas, director del Centro de Estudios de Objetos Cercanos (CNEOS) del Laboratorio de la NASA en Pasadena, California.
Por caso, otras rocas similares aunque de menor tamaño, como la JO25 en 2014, se aproximaron a solo cuatro distancias lunares o 1,76 millones de kilómetros. Sin embargo, la última vez que Florence pasó tan cerca fue hace más de un siglo, en 1890, y los astrónomos prevén que no trazará una trayectoria con potencial de peligro hasta por lo menos 500 años.
El radar del Sistema Solar Goldstone de la NASA, en California, y el Observatorio Arecibo de la National Science Foundation, en Puerto Rico, seguirán de cerca el recorrido de Florence. El objetivo es precisar su tamaño y conocer detalles de su superficie.
Florence fue descubierto en marzo de 1981, a manos de Schelte Bus, en el observatorio Siding Spring de Australia. Su nombre surge para honrar la memoria de Florence Nightingale, la fundadora de la enfermería moderna.
El 1 de septiembre, cuando más cerca estará el asteroide, se buscará determinar también su forma exacta, su rotación, sus rasgos superficiales y rugosidad. Florence no solo será visible desde los observatorios. Los aficionados que posean un telescopio podrán divisarlo entre fines de agosto y principios de septiembre. En esos momentos se podrá detectar mientras se desplaza por las constelaciones Piscis Austrinus, Capricornio, Acuario y Delphinus.