Robaron todo, fueron pirañas insaciables y reciben el año nuevo en libertad

La mayor banda de la historia del país, que deshilacho una provincia, están en libertad. Goza de los beneficios del nuevo año entre los lujos que supieron conseguir. Por Emanuel Moreno

Se robaron todo, no dejaron nada, robaron, siguieron robando, no tuvieron límites para robar. Le pido al estimado lector de esta nota que multiplique la idea de cuánto es lo que se llevaron, que haga el ejercicio una vez más, que lo repita tantas veces pueda, que no se canse de multiplicar los recursos que faltan, porque ellos no se cansaron de robar.

Corría el año 2006, si la memoria no me falla, estaba al aire en FM Siempre y terminaba de hacer un editorial sobre los desmanejos de Alberto Rodríguez Saá, quizás en el momento de mayor poder del exgobernador. Inmediatamente después de pedir la pausa comercial el operador de la emisora me dice que tenía una llamada, del otro lado se presenta una voz que saltea el saludo protocolar de los entonces teléfonos de línea fija ,e dice: "te felicito por la valentía de decir lo que pensás, te escucho todas las tardes y admiro tu trabajo", era el escritor Jorge Sallenave un prolífico hombre de las letras que tuvo uno de los gestos que llevo conmigo como tesoro. Precisamente, por esos meses Sallenave mostraba su nueva producción "Anotaciones mínimas sobre hechos extraordinarios para posibles cuentos sorprendentes", en los que relataba historias en el "país de los soles ardiente y vientos inagotables", sin decirlo se refería a un escenario geográfico como el de San Luis.

Así como Sallenave hablaba de la bravura del calor y el viento, permítanme trazar un paralelismo con el abrasador y sofocante fuego de la corrupción que nos quema las entrañas, reduce a cenizas el futuro y acaba con los sueños.

En este presente, los inagotables, como el viento, idearon un plan, lo ejecutaron y les permite estar en libertad, en familia con los bienes mal habidos. Se quedaron con el control de los tres poderes del Estado, el Ejecutivo fue el músculo que permitió a las pirañas comer todo el dinero disponible, armaron empresas, sometieron al pueblo, se hicieron con los resortes democráticos para que nada quede librado al azar, pese a que la obscenidad fue tan brutal que nadie duda de lo que son. En la Justicia colocaron jueces a medida, pusieron como Procurador, jefe de los fiscales, a un limitado intelectual capaz de obedecer sin preguntar, allí está la respuesta de por qué ningún integrante del Ministerio Público se hizo eco de la avalanchas de denuncias que el actual Gobernador contó a los gritos en informes que vio toda la Provincia. En el Legislativo tienen a los afiles que arman jugadas para impedir, entorpecer, dañar y proteger intereses de la banda.

En este escenario resulta difícil la tarea de Gobernar, un mandatario con incansable capacidad de trabajo lleva adelante la titánica tarea de poner en evidencia lo que falta, lo que se llevaron, lo que se robaron; muchas veces se lo ve casi en soledad, con un pequeño grupo de funcionarios que parece entender la magnitud histórica de la epopeya de dejar atrás a los saqueadores y poner de pie a la Provincia, muchos otros funcionarios aún juegan a las oficinas, claramente no están  la altura y no es un dato menor.

En este país de soles ardientes, se observa la tierra arrasada, el calor de lo que fue, el frió de ya no ser y la esperanza de reconstruir. Se necesita de valentía, decisión, coraje, empatía, visión y la determinación de acabar con la banda, de obligarlos a rendir cuentas, de marchar en los tribunales como lo hace el que roba una gallina y lo condenan y devolver lo que se llevaron. Nunca más la impunidad, sólo así un futuro será posible.

 

DEJA TU COMENTARIO