La bella localidad serrana podría volver a sufrir el desmanejo, la corrupción y los escándalos de la mano de Edgardo Ciccone un triste personaje de la política que acumula tantas denuncias como hechos ilícitos cometidos.
Corría el año 1999, la Alianza encabezada por Fernando de la Rúa ganaba en el país y en Nogolí el candidato del espacio asumiría la intendencia después de que el azar jugara a su favor. Edgardo Ciccone empató en 235 votos con José Luis Amieva. La Justicia Electoral determinó que no habría una nueva elección, que el Intendente saldría de un sorteo, bolillero en mano, la suerte favoreció a Ciccone y perjudicó para siempre a los habitantes de Nogolí.
Una vez que la intendencia quedó en manos del dirigente, que años más tardes pasó por el PUL (partido formado por Alberto Rodríguez Saá), el PJ y hasta por el Adolfismo, el descontrol se apoderó de las arcas públicas.
El nombre de Nazario Sánchez no será fácilmente olvidado por el ahora aspirante al cargo. Cuando ejercía como secretario de Municipio de Nogolí, Sánchez denunció que el intendente le habría hecho falsificar la firma en diversos expedientes. Pero no fue el único damnificado en ese período, ya que, en otra causa, la justicia federal juzgó y condenó a una funcionaria nacional hace ya varios años por la mal utilización de planes que se ponían en marcha a través de proyectos nacionales, donde había hecho la vista gorda en la comuna de las Aguas Claras, según relató el periodista Gustavo Senn en el año 2015 cuando inició el juicio contra el ex intendente.
Ciccone fue juzgado por el delito de “peculado de trabajo o servicios” que se vincula a la malversación de fondos. La Fiscalía solicitó nueve años y seis meses de prisión e inhabilitación absoluta y perpetua para ejercer cargos públicos.
Durante el juicio el abogado José Olguín, representante de Sánchez, aseguró que existían “innumerables cantidad de cheques donde se falsificaba la firma de Nazario Sánchez para poder hacer pagos que después nunca se acreditaron bien para qué eran. La compra y venta de bienes de la Municipalidad sin ninguna formalidad y nunca se ingresó el dinero tanto de bienes como de inmuebles. Y también está la compra de una casa con bienes municipales”.
La casa a la que hacía referencia el letrado corresponde al de una vecina que Ciccone convenció para que cediera sus tierras en una zona altamente requerida para un proyecto comercial. La mujer, de edad avanzada, regaló más de 200 hectáreas para que el entonces jefe comunal dispusiera a su antojo, lo que le dio a cambio fue una casa de pocos metros cuadrados, sin escrituras, y que construyó con recursos públicos.
Finalmente, la justicia le dio el “beneficio de la duda” y Ciccone evitó la cárcel después de gozar durante más de una década de la protección de los fueros que le dio la Cámara de Diputados.
Hoy, con los peores antecedentes, que recorremos a lo largo de varias entregas periodísticas, Edgardo Ciccone propone junto con Héctor Cacace, quien fue denunciado recientemente por violar la cuarentena durante el confinamiento estricto, volver al ruedo de la Intendencia, la misma que usó para favores políticos, negocios personales y familiares. Nogolí está en peligro, el pasado de corrupción amenaza con volver.