Adolfo cobra una jubilación de privilegio y el sueldo de Senador Nacional. Alberto recibe el salario de Gobernador y se lleva cientos de millones en "gastos reservados". Lejos, muy lejos de la crisis económica.
Los hermanos Rodríguez Saá apoyaron recientemente la ley de "Solidaridad Social y Reactivación Productiva", la norma que le permite al Presidente Fernández llevar adelante su plan de gobierno y que plantea una serie de medidas a fin de conseguir recursos para los sectores más vulnerables de la pirámide social, según el texto sancionado.
Adolfo y Alberto quedaron, por decisión propia, exentos del esfuerzo que se le pide a distintos actores, los hermanos de la dinastía que gobierna San Luis desde 1983 se las arreglaron nuevamente para burlarse del resto de los habitantes del país. Adolfo se lleva casi medio millón de pesos por la jubilación de privilegio que recibe tras 7 días de presidente en la grave crisis de 2001, también cobra el salario de Senador Nacional.
Alberto engrosa su acaudalada fortuna con movimientos más oscuros que su hermano, al salario de gobernador lo alimenta con los "gastos reservados", fondos que percibe sin control alguno y de los que no se conoce el destino. Dinero público que en el año 2018 ascendió a $ 126 millones.
Los Rodríguez Saá viven en la Argentina, son los padres del modelo que tiene a la provincia con el 50% de los niños bajo la línea de pobreza, llevan adelante una vida como ningún otro mortal lo hace en San Luis y ejecutan el viejo slogan de "otro país", una Nación paralela y particular en la que ellos se enriquecen con los recursos que son de todos.