La construcción cedió y sepultó gran parte del pueblo de Brumadinho. Este sábado retomaron los trabajos en la zona. Hay más de 200 desaparecidos con "mínimas chances" de que sean rescatados con vida.
Al menos 34 personas murieron y más de 200 permanecían desaparecidas tras la rotura de una represa de la minera Vale en el estado brasileño de Minas Gerais, donde los bomberos ya rescataron a 366 supervivientes de los cuales 23 tuvieron que ser trasladados a distintos centros de salud, informaron este sábado fuentes oficiales.
"Nuestros datos indican que hay más de 200 desaparecidos", informaron los bomberos la madrugada del sábado.
También se confirmó el hallazgo de un autobús con empleados de la empresa, cuyos ocupantes ninguno sobrevivió.
La catástrofe se produjo cerca de las 13H00 locales (15H00 GMT) en el municipio de Brumadinho, a 60 km de Belo Horizonte, sepultando buena parte de las instalaciones del complejo Córrego do Feijão, perteneciente a Vale, una empresa gigante del sector minero.
El gobernador del estado, Romeu Zema, afirmó la noche del viernes que las chances de rescatar sobrevivientes "son mínimas" y que a partir de ese momento "probablemente" se rescatarían "solamente cuerpos".
Según los bomberos, entre 100 y 150 desaparecidos serían funcionarios que estaban en el área administrativa de la empresa, cerca del dique que se rompió, y el resto en otras zonas próximas.
Dario Pignotti, corresponsal de la agencia italiana ANSA, indicó a Cadena 3 que las consecuencias de este episodio "recién se constatarán en los próximos días o meses".
Aunque se habían pronosticado lluvias para este sábado en Brumadinho, lo que podía complicar las tareas de rescate, la región amaneció soleada y con muy pocas probabilidades de precipitaciones.
"La Cruz Roja va a iniciar sus acciones humanitarias asistiendo a las personas que fueron retiradas y están desamparadas, con eso iniciamos una nueva fase del trabajo", dijo a la AFP Walter Morais, miembro del equipo de rescate de la Cruz Roja.
Casas, tractores y un puente bajo el lodo fueron vistos en un sobrevuelo en el que participó un fotógrafo de la AFP, así como varias viviendas completamente destruidas por las impresionantes riadas de color marrón que avanzaron sobre grandes superficies de vegetación.
Por motivos de seguridad, varios accesos a la ciudad, de 39.000 habitantes, fueron cerrados.
Los familiares de los desaparecidos exigían el viernes en la noche información de la empresa y las autoridades.
"No quieren hablar. Son nuestros hijos, marido, cuñado, pero nadie dice nada. Son 300 personas muertas y nadie dice nada", dijo entre gritos Olivia Rios a la AFP.