Los pesos de las Lebacs, y el clima externo despertaron el dólar: $ 38,50

Anotó cuatro subas consecutivas durante la semana, después de casi tocar el piso de la banda convenida con el FMI. Hubo fondos que empezaron a desarmar carteras en pesos.

es pasó a los otros dos presidentes del Banco Central de la era Macri. Gozaron de un período de calma después de fuertes corridas, pero más temprano que tarde volvieron a subirse a la montaña rusa. La pregunta en el mercado financiero es si las cuatro subas de la divisa en la última semana, en la que aumentó $ 1,30 o 7% y cerró a $ 38,50 son el inicio de una nueva fase de la inestabilidad, o si simplemente es un reacomodamiento en medio de un cambio en el clima financiero internacional, y en un contexto de deslizamiento de las bandas cambiarias que actualizan por la inflación.

Lo cierto es que este viernes las pizarras volvieron a mostrar avances más rápidos en los casi dos meses anteriores, cuando rigió el plan puesto en marcha el 1º de octubre tras el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Desde entonces, el Banco Central fijó una política de aumento cero de la base monetaria, emisión de letras de liquidez a la tasa que imponga el mercado (llegó a rozar el 70%) y una zona de no intervención en el mercado cambiario. Pero desde que la divisa se acercó al piso de la banda, que ahora ronda los $ 35, el ente monetario empezó a acelerar la baja de tasas. “Estás bajando las tasas muy agresivamente, así que es lógico que se recaliente el dólar, igual hasta ahora no lo veo grave”, dijo un operador de la City. Mix. Además, ayer en un contexto de temblores en Wall Street por caída de los precios de las acciones de las tecnológicas, que golpea a todas las monedas emergentes, la nueva alza del dólar también se explica porque hubo “más liquidez” luego de la última subasta de Lebacs por la que se volcaron más de $ 120 mil a la calle y presionaron sobre la divisa. Todo ese combo, en tanto, se nutre del nerviosismo que empieza a invadir a los inversores que venían haciendo “carry trade” y empiezan a desarmar carteras, ante un escenario de lo que consideran “mayor riesgo político”. Es decir, el posible regreso de Cristina Kirchner.

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