La caída ante Coric en Shanghai le costó carísimo al argentino. “Es un momento muy difícil”, afirmó.
Juan Martín Del Potro se disponía a cerrar con todo el mejor año de su carrera, con la posibilidad cierta de llegar al número 3 del ranking y disputar el Masters de Londres por primera vez desde 2013. Pero la caída que sufrió ante el croata Borna Coric por los octavos de final del Masters 1000 de Shanghai, que lo obligó a abandonar, tuvo un costo altísimo: fractura de la rótula derecha.
Del Potro, actualmente cuarto en el listado de la ATP, había sufrido durante el ATP 500 de Beijing una persistente gripe que lo afectó sobre todo en la final, en la que cayó ante el georgiano Nikoloz Basilashvili por 6-4 y 6-4.
Más allá de su molestia, Delpo participó en el Masters 1000 de Shanghai y hasta avanzó una ronda, por la victoria en el debut contra el francés Richard Gasquet.
Pero en su segundo encuentro, por los octavos de final ante Coric, la exigencia subió y el argentino sufrió el partido, en el que las dificultades de movilidad lo obligaron a depender casi exclusivamente de la potencia de su saque y de su derecha.
En el cierre del primer set, Del Potro sufrió un tropezón y cayó con todo el peso de su cuerpo hacia adelante. Recibió atención médica y pareció que todo se había resumido a un golpe, aunque la preocupación por el dolor -y la posibilidad de agravar una eventual lesión- lo llevó a abandonar el partido una vez que Coric se llevó el parcial por 7-5.
Los estudios de este sábado trajeron una noticia muy dura: fractura en la rótula de la pierna derecha.
Para el tandilense es un golpe más en una carrera cargada de lesiones. Esta vez le tocó a la rodilla derecha, pero en su historial hay cuatro operaciones en sus muñecas (una en la diestra y tres en la izquierda), que casi lo retiran de la competencia. Hoy, con 30 años, aún tiene tiempo para recuperarse y seguir adelante.