Un despido injustificado, salarios paupérrimos, contratos usureros y un malestar interno a punto de estallar es la realidad de la empresa Payne, propiedad de la familia Rodríguez Saá.
Según cuenta e sitio La Política en San Luis, el conflicto comenzó mientras Miguel Fernández era director periodístico de El Diario y desde ese cargo perseguía y hostigaba a los empleados de la redacción. Fernández fue apartado del cargo y enviado por Alberto Rodríguez Saá como empleado de la Agencia de Noticias luego de que un fotógrafo que sufrió un accidente y fue despedido iniciara acciones legales contra Payné y también contra Miguel Fernández.
Sin embargo, la salida de Fernández no descomprimió el malestar de los redactores quienes tienen los sueldos congelados desde hace unos años y en los últimos diez años sólo recibieron una sola recategorización. De acuerdo a lo que El Puntano pudo averiguar la demanda ascendería a $ 900 mil.
Un periodista que recién ingresa cobra el mismo sueldo que un empleado de maestranza, mientras que un empleado con 10 años de antigüedad apenas supera los 15 mil pesos.