La garra uruguaya apareció en el final para derrotar al Egipto de Cúper

Por la primera fecha del grupo A de la Copa del Mundo, Uruguay y Egipto se cruzaron en Ekaterimburgo. A los sudamericanos les costó hacer prevalecer su juego y recién en el final pudieron sacar la diferencia de 1-0 a través de un cabezazo de José María Giménez.

Durante la primera etapa, uruguayos y egipcios se repartieron la posesión de la pelota. A los dirigidos por el Maestro Tabárez les costó hilvanar juego a través de sus mediocampistas centrales y De Arrascaeta no estuvo iluminado. Incluso Godín, desde el fondo, fue el único que intentó romper líneas rivales lanzado en ataque.

Con dos líneas de cuatro bien marcadas, el elenco de Héctor Cúper trató de manejar los tiempos y exhibió buenas conexiones hasta el área del adversario. Sin embargo, le costó generar peligro en la zona de juego y dejó en evidencia su falta de jerarquía en ataque.

A los pocos segundos del complemento, Mohamed Elshenawy (arquero egipcio) le ahogó el grito a un Luis Suárez errático, que perdería más tarde otro mano a mano con el guardameta rival, una de las figuras del encuentro. El semblante del equipo de Tabárez no se modificó pese a los cambios de los carrileros (Carlos Sánchez y Cebolla Rodríguez por Nandez y De Arrascaeta). Egipto se sintió cómodo pero tampoco generó peligro en el complemento.

Edinson Cavani tuvo la llave del gol en el epílogo, pero un tremendo remate cruzado fue desviado por Elshenawy, quien más tarde tuvo suerte al estrellarse en el palo un tiro libre al borde del área del atacante del Paris Saint Germain.

No parecía ser el día de la Celeste, pero por medio de una fórmula que siempre le da resultado como la pelota parada, quebró el cero sobre la hora. Fue José María Giménez el que ganó en las alturas y dejó sin oposición al golero de los Faraones.

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