Con entre US$4500 millones y US$5000 millones de soja en sus manos -con una estimación de entre 10 millones y 12 millones de toneladas sin vender de la cosecha pasada- los especialistas no esperan que los productores aceleren la liquidación del grano por la suba del dólar.
¿Los motivos? Hay expectativas de precios internacionales sostenidos hasta el tercer trimestre de este año y, además, influye el recorte de la producción de la cosecha actual por la sequía, que bajará de 57,5 millones de toneladas del ciclo pasado a 37 millones de toneladas.
Desde el Ieral, Juan Manuel Garzón señaló a LA NACION que los productores que tengan la posibilidad de demorar la venta de soja porque no tienen deudas urgentes o porque pueden repagar obligaciones con otros financiamientos "intentarán esperar lo más que puedan" la venta porque las proyecciones apuntan a buenos precios internacionales, al menos, hasta septiembre u octubre cuando se defina la campaña de Estados Unidos.
La analista de mercados Sol Arcidiácono dijo, por su parte, que lo más importante de este año es la reducción de cosecha que hizo que se perdiera la estacionalidad de la entrada de soja. "La que hay disponible irá a la molienda, segmento que compra todo lo que hay en el mercado e importa para producir", indicó.
Describió que el mercado pagando a futuro más de lo que vale la soja disponible se asegura que no se venda toda la soja junta, sino que se entregue durante todo el año. La harina de soja, a la que se destina el 80% de la molienda, subió y "las fábricas argentinas tratarán de moler lo que encuentren, producida aquí e importando (ya se hicieron negocios para traer 490.000 toneladas de soja de EE.UU. y se sumarán compras de a otros países)".
Para David Miazzo, economista de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (Fada) la combinación de precios y dólar más alto podría incentivar la liquidación por parte de los productores, en especial de aquellos que por el efecto de la sequía tengan resentido su capital de trabajo.
Menos para exportar
Aunque las estimaciones del Ministerio de Agroindustria apuntan que se exportarán unos 4 millones de toneladas de soja en grano, en tanto que 45,3 millones irán a industrialización, los expertos consultados consideran que será menos y que, en cambio, subirán las importaciones. De hecho, ya se compraron 490.000 toneladas a Estados Unidos.
Miazzo sostuvo que las exportaciones se verán resentidas por la sequía pero, como a la vez hay mejores precios (a mayo en Rosario la soja cotiza 30% más interanual) "se amortiguará la pérdida de volumen aunque no en su totalidad".
En esa línea opinó que los saltos del dólar podrían empujar a los exportadores a ingresar divisas. "El Banco Central fue estirando los plazos para liquidarlas porque sobraban los dólares, ahora puede haber entradas", afirmó.
"Las exportaciones este año serán cercanas a cero (en grano), en términos de divisas hay salida de dólares para que entre soja -graficó Arcidiácono-. En los últimos días, además el temporal frena el flow de camiones; la soja será el ahorro favorito en dólares de los productores".
Garzón remarcó que para la soja hay un escenario de escasez con buenos precios hasta el último trimestre del año, cuando Estados Unidos avance con su cosecha. En cambio, para el maíz la sequía no fue tan grave (la cosecha cae de 38 a 32 millones de toneladas) y el volumen de producción permitirá abastecer al mercado interno y también exportar. "En ese caso la expectativa de precios internacionales fue menos sostenida y presenta más riesgo retener los granos", indicó.
"En la soja, además de los precios internacionales y de la suba local y mundial del dólar (todas las monedas emergentes se debilitaron), se agrega el incentivo de la baja de medio punto de retenciones por mes", agregó.