Tras una gran jugada individual y un fortuito desvío en Giménez, un remate de La Pulga significó la victoria 1-0 sobre Uruguay. Con los tres puntos, la albiceleste sube a lo más alto de la clasificación. Paulo Dybala se fue expulsado.
Con un gol de un Lionel Messi que por momentos mostró su jerarquía y una actuación que distó de ser convincente pero resultó efectiva, en el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza, Argentina venció 1-0 a Uruguay y se subió a lo más alto de las Eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018, al cabo de la séptima fecha.
El elenco argentino, que contó con el debut de Edgardo Bauza y que mostró algunas buenas intenciones de su flamante entrenador, aunque también varias piezas a ajustar con vistas a futuro, jugó con un jugador menos durante todo el segundo tiempo.
Es que Paulo Dybala fue expulsado a los 45 minutos del primer tiempo, tres después de la conquista del rosarino, otra vez figura del partido.
Fue al cabo un triunfo justificado el argentino en la fría noche mendocina, por el dominio que mantuvo en el primer tiempo y que no consiguió sostener en el complemento por abocarse a cuidar la ventaja en inferioridad numérica, ante un rival que mostró dos facetas, una netamente defensiva en el capítulo inicial y otra con intenciones opuestas, pero sin claridad, en la final.
Argentina propuso casi todo los primeros 45 minutos y tuvo su merecido premio sobre el final, a los 42, cuando Messi giró hacia su izquierda cuando nadie lo esperaba en tres cuartos de cancha, sacó un zurdazo lejano que también sorprendió a todos, rebotó en un José María Giménez y descolocó a Fernando Muslera.
Hasta allí, la intención argentina se tradujo en una salida prolija casi siempre en los pies de Javier Mascherano, en una inversión de roles de Messi y Dybala para desorientar y un Angel Di María bien abierto para intentar desnivelar por la espalda a Jorge Fucile.
Con Lucas Pratto alejado del circuito de juego, un Messi que no conectó las veces necesarias con Dybala, con quien flotó entre el centro y la derecha del ataque, y unos laterales que tuvieron éxito en contadas ocasiones en sus excursiones ofensivas, a Argentina le costó encontrar los huecos.
Es que Uruguay esperó ordenado y bien replegado en su campo, hasta el punto de retrasar a Edinson Cavani a la posición de volante izquierdo. Pero le faltó picante en ofensiva, y apenas un par de pinceladas de talento de Luis Suárez le permitieron merodear el arco local.
Había tenido su primera oportunidad a los 40 Messi, con un zurdazo que también se desvió en un defensor uruguayo pero que se fue por encima del travesaño. Dos minutos después, el crack rosarino, adorado por el público mendocino, coronó con un gol su regreso y le quitó al equipo un buen peso de encima.
De todas maneras, con tiempo cumplido, Dybala vio su segunda amarilla por una infracción en campo contrario y Argentina quedó no sólo con un hombre menos, sino con un nuevo objetivo dentro del partido: sostener la ventaja con diez jugadores ante un rival de calidad.
La responsabilidad recayó en el elenco uruguayo en el complemento pero el conjunto argentino no pasó grandes sobresaltos. Es cierto que jugó gran parte del último capítulo bien cerca de Sergio Romero, y que Pratto primero y Lucas Alario después oficiaron de volantes por derecha para complementar la diferencia numérica, pero también es real que más allá de una jugada aislada como la de Edinson Cavani a los 27, no generó peligro.
Messi mostró sus mejores momentos en el partido haciéndose cargo de manejar los tiempos e incluso, mientras su físico se lo permitió, colaboró en defensa. Mascherano, sólido para repeler el peligro con Suárez en el área, también se destacó.
Argentina construyó, finalmente, un triunfo más trabajado que vistoso, y Bauza deberá pensar no solo en los nombres que deberá cambiar para el martes ante Venezuela, sino también en aceitar los circuitos para lograr en Mérida un triunfo más holgado.