El Ministro de Salud oculta las verdaderas intenciones detrás de la denuncia de medicamentos vencidos, busca quedarse con un negocio que maneja, en la compra de medicamentos, $ 100 millones anuales.
Errático, improvisado y lejos de la verdad Marcelo Riera visita casi a diario el canal provincial de televisión y los medios afines para desplegar la estrategia que lo llevará manejar la nada despreciable suma de $100 millones anuales con la compra de medicamentos.
El Gobierno de la provincia opera mensualmente un volumen de 35 toneladas en medicamentos que son distribuidos a 190 puntos en toda la geografía sanluiseña. Ese cúmulo representa al año presupuesto de $100 millones. El ministro Marcelo Riera salió en las últimas semanas con los tapones de punta contra la gestión de Poggi.
La denuncia de un hallazgo de medicamentos vencidos por un valor de más de $7 millones, actualizado según la inflación y de acuerdo a lo expresado públicamente por Riera, no hizo más que desnudar la estrategia que diseñó el titular de la cartera de salud. Los medicamentos encontrados corresponden al flujo normal del stock, a las devoluciones realizadas por los centros de salud y muchas de esas piezas fueron compras a futuro realizadas por la anterior gestión de Alberto Rodríguez Saá, en 2010. El periodo de vencimiento desde la elaboración de un medicamento puede ser de hasta cuatro años, por lo que los medicamentos que vemos vencidos hoy fueron elaborados hace cuatro años, los que vencieron en 2014, por ejemplo, deben tener un año de fabricación de 2010 o 2011, siempre adquiridos durante la gestión del actual mandatario.
"Cuántas vidas podrían haberse salvado con $7 millones", se preguntó el Ministro en declaraciones periodísticas, de echo se salvaron con la inversión que demandó la adquisición de los medicamentos de manera regular. Lo que el Ministro observó es que detrás de eso, sin el control pertinente, puede armar su propio negocio, cerca de él está una estrecha colaboradora del Gobernador que sostiene la figura de Riera.
Según información exclusiva a la accedió este medio, durante la gestión de Poggi, mas específicamente a fin del año 2013, se comenzó con la implementación del sistema de logística de medicamentos en conjunto con la empresa Andreani. que permitió sacar el depósito desde el subsuelo de DOSEP y trasladarlo al lugar donde actualmente se encuentra, la ZAL.
Esa política ayudó a contar con información concreta y las estadísticas correctas para ajustar la compra al consumo anticipándose a las necesidades minimizando el vencimiento de medicamentos que deben tenerse ante alguna eventualidad, hasta fines de 2012 la distribución se hacía de manera manual al igual que la recepción y eso generó que se encontraran igual o mayor cantidad de insumos y medicamentos vencidos, los que fueron eliminados.
Considerando el volumen, precio actual, distintos actores (mas de 190 puntos de entrega) que intervienen en el proceso, la existencia de un porcentaje de perdida es el resultado natural del manejo de stock. En el análisis debe tenerse en cuenta que se operan más de 1200 productos distintos que se encuentran sujetos a demanda variable, mercado inestable y resaltando que se trata de elementos que no pueden darse en falta ante su demanda, ya que esto influye directamente en la salud de los pacientes.
Del supuesto valor de $7.500.000 en medicamentos vencidos, representaría el 7.5 % de lo que se gastó hasta la fecha, faltan seis meses de compras lo que seguro aumentará considerablemente ese monto. Este porcentaje disminuye si consideramos que existen medicamentos e insumos vencidos en ese lugar que están desde hace muchos años, por lo que en el caso que correspondieran solamente a los años 2013-2014-2015 hablamos de un porcentaje de perdida de 2.5 %. Este porcentaje de perdida es ínfimo considerando los distintos aspectos que analizamos anteriormente.
A esta altura de los acontecimientos el funcionario no está dispuesto a explicar quiénes son los oferentes y de qué manera operan los laboratorios que venden la mercadería que el Estado dispensa a los habitantes.
Indudablemente, Riera con su equipo encontraron la manera de tapar sus verdaderas intenciones, nuevamente el chivo expiatorio es Poggi para dejar contentos a sus jefes políticos Adolfo y Alberto y administrar un negocio varias veces millonario y sin control.