La isla prohibida de Brasil

Aproximadamente a unos 145 kilómetros de la costa de Santos, en Brasil, se encuentra un peñón de tierra de unos 430.000 metros cuadrados. Su nombre oficial es Ilha da Queimada Grande (Isla de la Quemada Grande), aunque pocos brasileños la reconocerán por este nombre. Se le conoce comúnmente como Isla de las Cobras y  hay pocos lugares en el mundo que tengan un nombre más acertado.

Un documental realizado, hace ya unos años, por el canal Discovery Channel desveló que en algunos puntos de la isla hay una gran densidad de un tipo de serpiente por metro cuadrado. La conocida como serpiente de Isla Quemada. Ésta es la única especie de víbora que habita la isla y está en peligro de extinción por ser el único lugar del mundo en el que se encuentra. Además, se enfrentan al evidente peligro de la endogamia.

Conforme uno se va acercando a la isla tiene la sensación de que está llegando a un paraíso perdido, pero nada más lejos de la realidad. Por si la densidad de población de víboras que tiene la isla fuera poco, esta especie está considerada como una de las serpientes más venenosas del planeta. Dicho esto, la imagen de paraíso se desvanece de un plumazo. Resulta difícil imaginar dar un agradable paseo por este peñón en el que, conforme te vas adentrando, la vegetación te cubre hasta la cintura.

En la actualidad está prohibido el acceso de civiles a la isla. El lugar está declarado como Área relevante de interés ecológico por ser uno de los mayores serpentarios a nivel mundial. Además del único en el que habita esta especie. Sólo en ocasiones puntuales se ceden permisos para científicos.

Víbora-Isla-de-las-cobras

La única construcción de la isla es un faro que estuvo mantenido por una familia hasta principios del siglo XX. Actualmente la Marina Nacional de Brasil es la encargada de preservar el faro.

El veneno de la serpiente de Isla Quemada es de tres a cinco veces más potente que el de otras serpientes de tierra firme pertenecientes a la misma familia. Su mordedura es tan violenta que puede producir necrosisen el tejido muscular, náuseas y vómitos, sangrado intestinal, insuficiencia renal y hemorragia cerebral.  Sin duda, el contenido idóneo para un folleto turístico de esta isla que, vista desde la distancia, se nos sigue antojando como un paraíso de ensueño.

 

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