Lo que no hay que perderse en la capital y una excursión a la Gran Muralla, como introducción a la rica historia y la cultura del gigante asiático.
La capital de la República Popular China, al otro lado del mundo, literalmente, tiene más de diez centurias de historia y fue base de la antigua civilización china y de varias dinastías. Hoy se divide en 16 distritos (ocho urbanos y ocho en las afueras) y dos condados, y el censo de 2013 contabilizó 21,15 millones de habitantes. A pie, en auto, tren o subte (16 líneas y 8,5 millones de pasajeros por día), éstas son algunas de las atracciones imperdibles para visitar:
- Templo del Cielo
En el centro de la ciudad se construyó en 1420 y fue usado hasta 1911 por la dinastía Qin. Allí los emperadores, considerados Hijos del Cielo, intermediaban entre la tierra y el cielo en ceremonias sagradas sin la presencia del pueblo, en las que pedían por las buenas cosechas cada solsticio de invierno. Su doble muralla rosa reduce el ruido proveniente del exterior. Y al caminar en silencio de Sur a Norte se ven enormes mecheros de jade y se sube por unas escaleras en piedra caliza talladas hacia el Altar Circular, donde está la Piedra de Sacrificio rodeada por nueve círculos concéntricos. Hoy, los visitantes se paran sobre la piedra y hacen palmas, mientras piden por la salud de sus seres queridos. De ahí se accede al camino de piedra (de 400 metros), bordeado de cipreses hacia la Puerta Celestial. Al pasarla se abre un patio con los templos de la Abstinencia y el de la Música Divina, el Hall de la Luz, la Pared del Eco y la Bóveda Imperial donde el emperador oraba.
Luego se cruza el Puente Rojo, decorado con banderas de antiguas aldeas, hasta la puerta principal y se accede al Templo del Cielo propiamente dicho donde resaltan los colores brillantes y detalles de ebanistería.
Al lado del templo está el Parque Tiantan, que conserva especies de árboles nativos con más de 800 años. Ambos cubren 273 hectáreas; es un pulmón verde de la ciudad. Al salir del templo, a pocas cuadras está un barrio típico de casas bajas y el Mercado de la Perla, donde puede ejercitarse el arte del regateo.
La entrada al templo cuesta 30 yuanes.
- Plaza de Tiananmen
Está en el corazón histórico, junto a la Ciudad Prohibida, ambos de comienzos del siglo XV, cuando Pekín se convirtió en la capital china y la ciudad más poblada del mundo con casi un millón de habitantes. La plaza, una de las más grandes del mundo, con 440.000 metros cuadrados, era el lugar donde multitudes asistían a las ceremonias de consagración de los emperadores. Su actual diseño fue definido en la década del 50, siguiendo el estilo edilicio de la ex Unión Soviética.
- Ciudad Prohibida o Palacio Imperial
Está en frente de la Plaza Tian’anmen y cruzando la Puerta de la Paz. Para disfrutar la visita, junto con el ticket de entrada (40 yuanes) es importante alquilar un audioguía (10 yuanes) en castellano.
Se le dice Ciudad Prohibida porque hasta la caída del último emperador, el ingreso del pueblo chino a la misma no estaba permitido. En su construcción trabajaron más de un millón de obreros y sigue las normas del sistema filosófico chino de origen taoísta, basado en la ocupación consciente del espacio, y en la armonía numérica, basada en los números impares, especialmente el nueve. Así, la ciudad tiene 9999 estancias y las puertas de uso imperial están decoradas con 81 tachuelas (9×9).
- La Gran Muralla China
Dice la leyenda que la muralla sigue las pisadas de un dragón sobre la montaña. Hay varios sectores habilitados para visitarla y el de Badaling es el mejor conservado y está a sólo 80 kilómetros de Pekín por autopista (taxi, desde 480, y tren, desde 17 yuanes).
Ahí, la muralla tiene una de las mayores alturas y una vista imperdible. Al llegar a la base puede subirse en teleférico (100 yuanes) o caminando (para personas en muy buen estado físico) hasta la media montaña, donde hay una entrada. El ingreso (35 yuanes) se hace mediante un puente metálico que permite al visitante subir a varios atalayas de la fortificación.
- Las tumbas Ming
Necrópolis cerca de Badaling (valor de la entrada 20 yuanes), con los mausoleos de 13 emperadores y 23 emperatrices, cortesanos y concubinas de la corte. Refleja la creencia que al morir la persona mantenía las mismas necesidades que al estar viva. Son tumbas palacios que siguen las premisas del feng shui.