Así lo consignó un informe presentado al lanzarse en el país el proyecto "Acqua For Life", impulsado por una firma de diseño.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda utilizar 50 litros de agua por día y por persona, pero en la Argentina se calcula un consumo de entre 500 a 613 litros diarios. Así, el consumo de agua limpia es diez veces mayor a lo sugerido por la OMS y las causas más habituales de este derroche son "pérdidas en las canillas, dispendio en la higiene personal o limpieza de ropas y lavado de vehículos, vajillas, frutas y verduras, regado de plantas y jardines y el uso de desagües como vertederos".
Así lo consignó un informe presentado al lanzarse en el país el proyecto "Acqua For Life", impulsado por la firma de diseño y fragancias Giorgio Armani y Green Cross International, y que se trata del programa de concientización y suministro de agua limpia y sana para comunidades que carecen de acceso a ella, acción que se desarrolla por quinto año consecutivo en unas 80 comunidades en todo el mundo, como Ghana, Costa de Marfil, Senegal, China, Bolivia y México, entre otros. La iniciativa se puso en marcha en Telsen, una aldea rural en la Meseta Central de Chubut, la de Somuncurá.
Toda la región es de clima árido, con economías muy endebles y fundamentalmente ligadas a la cría de ovejas. Junto con la denominada "Línea Sur" de Río Negro, con la cual constituye una unidad geográfica, esta región chubutense ha pasado por una crisis ambiental-económica y social de gran envergadura a partir de la erupción del volcán chileno Puyehue, que en 2011 dejó a toda la región sumida en una espesa capa de cenizas.
Este evento natural produjo la destrucción de las fuentes de agua, rotura de infraestructuras, mortandad del 80% de los animales y la destrucción de pequeños cultivos. La crisis ambiental producida por la erupción volcánica, además de la destrucción de la magra economía de subsistencia, generó una disrupción social grave. En la Región el agua es un bien de difícil acceso.
Existe agua potable a aproximadamente 300 metros de profundidad lo que implica costos inaccesibles para los pobladores, particularmente por tratarse de población dispersa y de pequeñas aldeas rurales. A pesar de ello el mínimo indispensable de agua para las necesidades individuales está disponible, a veces con discontinuidades menores dependiendo de eventos climáticos. No obstante, la escasez de agua no permite cubrir todas las necesidades del ser humano, entre ellas la de asegurar una dieta equilibrada con ingesta de vegetales, legumbres y frutas.
El Proyecto Armani-Green Cross busca contribuir a mejorar sustancialmente esta situación, impactando en la dieta de los pobladores a través la construcción de un área de Vivero y su implementación con acceso eficiente al agua. Esto permitirá que la gente del lugar, y los niños sobre todo, accedan a las vitaminas que les son necesarias y que no se vean en el dilema de decidir si el agua a la que tienen acceso la debieran usar para las necesidades básicas o para regar la producción que les garantice su salud.
Para ser exitosa, la campaña necesita garantizar su continuidad, no es una herramienta de asistencialismo para una temporada, sino que se implementa capacitación y puesta en marcha de una pequeña producción de dulces locales para generar los recursos que lo hagan sustentable en el tiempo, indicaron los responsables de proyecto.