La Justicia de los Estados Unidos ordenó la captura internacional del dirigente de fútbol argentino José Luis Meiszner, quien estaría acusado de ser parte del escándalo de corrupción que explotó en la FIFA por la comercialización de derechos de televisación de los principales torneos.
El pedido de detención coincide con varios operativos simultáneos que se realizaron este jueves en distintos países y que derivaron en el arresto en Suiza del presidente de la Conmebol, Juan Ángel Napout, entre otros dirigentes de peso.
Meiszner es el cuarto argentino que quedó involucrado en el escándalo. Se suma a los empresarios Hugo y Mariano Jinkis, que fueron excarcelados en la Argentina, y Alejandro Burzaco, quien cumple arresto domiciliario en los Estados Unidos y cuyo testimonio habría sido clave para incriminar a Meiszner y a otros dirigentes del fútbol argentino.
La acusación formal contra el ex presidente de Quilmes surge, además, el mismo día que la Asociación del Fútbol Argentino tiene previsto realizar elecciones para elegir a sus nuevas autoridades. Los candidatos son Luis Segura y Marcelo Tinelli.
Meiszner es un histórico dirigente del club Quilmes: lo presidió durante 29 años y se dio el gusto de que el estadio del "Cervecero" llevara su nombre; desde 2011 se desempeñaba como secretario General de la Conmebol, pero el lunes pasado decidió presentar su renuncia, consciente de que estaba bajo la lupa de la justicia norteamericana en el marco del FIFA Gate.
Fue mano derecha de Grondona durante años, lo que por lógica consecuencia lo convirtió en un hombre fuerte de AFA, que conoce como pocos los pasillos de Viamonte 1366. Lentamente fue fortaleciéndose hasta ser conocido como "el aliado del poder"
Sin embargo su imagen pública había sufrido un duro cimbronazo porque desde hace tiempo estaba en la mira de las autoridades: fue denunciado por cuentas no declaradas en paraísos fiscales y era investigado por el juez Claudio Bonadio. En ese contexto, su refugio fue la Conmebol. Hasta hoy.