Sin la teta del Estado: Rodríguez Saá echa empleados del Diario de la República y el multimedio se hunde

Desde el 10 de diciembre el exgobernador tuvo que empezar a meter la mano en su bolsillo y no quiere, la opción más fácil fue la de echar trabajadores y pedir que el comercio sostenga su aventura que empezó a naufragar.

Los telegramas de despidos desfilan de manera incesante por las oficinas del Correo Argentino, quien se autodefinió como "el Gobernador de los pobres", al punto siniestro de multiplicarlos para ganar elecciones, no quiere poner ni un mísero peso en la empresa que maneja como una picadora de empleados. Los despidos  no cesan y cada vez son menos los que acompañan al deshilachado empresario.

La caída en las ventas, al mismo nivel que la injerencia social, obligó a Rodríguez Saá a refugiarse en Payne, desde allí intenta sostener la empresa y recortó los días de salidas del matutino. Son tres veces por semanas y los restantes días vuelca la poca carga en la página Web.

Los impuestos de los sanluiseños ahora están destinados a temas urgentes y no a solventar el capricho de un medio de comunicación en caída libre, queda claro que el "exitoso" comandante no es más que un fantoche que despliega toda su vulgaridad en aprietes a los trabajadores que reclaman su fuente laboral.

Los pocos que frecuentas las oficinas del periódico relatan que Rodríguez Saá está solo, que lo acompaña su hijo, Micky Berardo por los vínculos con la justicia y Miguel Fernández, una especie de general sin ejército.

La decadencia de Rodríguez Saá arrastra a El Diario y promete liquidar a los pocos empleados que quedan.

 

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