El Gobernador se va y nos deja a los puntanos el peor escenario posible, la inseguridad se instaló en toda la provincia con hechos de suma violencia, la pobreza es arrolladora y el futuro inmediato pide a gritos un cambio.
A horas de iniciar un nuevo periodo legislativo en el que se escuchará el relato de Rodríguez Saá sobre su gestión es insoslayable que la inseguridad y la pobreza ocupan los problemas más inmediatos de los todos los sanluiseños. El Gobernador intentará tapar con frases armadas a medida de su necesidad una realidad que no da respiro, se llevará consigo el triste título de desterrar la prosperidad de la provincia.
Nadie vive tranquilo, no hay sitios de paz frente a la inseguridad que llega acompañada de violencia, basta con repasar los hechos mas recientes que involucran muertes, lesiones y amenazas. La situación es más compleja aún cuando desde el gobierno no hay un plan que busque, al menos, amortiguar la violenta escalada de robos que parece no tener un techo, cada día la noticia es más sorprendente respecto a la anterior; los delincuentes y la droga llevan ventaja frente a una pelea desigual entre la inmensa mayoría que quiere vivir tranquila y un Estado que mira como espectador de lujo el desarrollo de los acontecimientos.
Los números no mienten, la pobreza está en la calle, quizás los cálidos despachos de Terrazas del Portezuelo no sean permeables a la realidad cotidiana. Las familias sufren la falta de recursos, el hambre y la ausencia. Los niños, niñas y adolescentes están atrapados en este perverso plan electoralista que promueve la multiplicación de pobres, el 70% de ellos están sumidos en la pobreza.
No habrá relato que mate la realidad. Hay pobreza, hambre, inseguridad y violencia que mata.