A horas de que la titular del Senado, Cristina Kirchner, hablara ante el tribunal de la causa Vialidad, la Cámara que ella preside, fórceps mediante, consiguió aprobar el proyecto con un magro resultado de 36 votos a favor y 33 en contra. En una sesión que tenía como principal objetivo enviarle un mensaje al Poder Judicial, la Vice pegó el faltazo.
El costo del debate para el cristinismo fue alto. A cambio del acompañamiento de dos aliados, Clara Vega y Alberto Weretilneck, además de uno de los propios, Adolfo Rodríguez Saá, los laderos de CFK debieron ceder.
El texto, que había sido impulsado por 16 gobernadores del PJ, buscaba llevar a 25 los miembros del tribunal. Pero pasó por la podadora y el número bajó a 15. Una cifra más cercana a la que impulsaban esos tres legisladores, todos autores de iniciativas que proponían modificar el máximo tribunal.
Con ese recorte, el principal argumento de los gobernadores perdió peso: la ampliación de la Corte a 25 miembros buscaba garantizar una composición federal. Para eso, el cuerpo quedaría integrado por un juez representante de cada provincia, y uno de la Nación.
Con la reducción de miembros, si el texto se convirtiera en ley, las provincias ya no quedarían representadas per se. En base al proyecto de Weretilneck, la iniciativa plantea la división del país en cinco zonas (Norte, Sur, Centro, Buenos Aires y CABA). Se seleccionarían tres jueces por cada una de ellas.
La paridad de género, en cambio, sí se mantiene en el texto modificado. Este era otro de los argumentos que esgrimieron los gobernadores al impulsar la ampliación del tribunal, que hoy integran cuatro jueces varones.
La senadora María Eugenia Catalfamo se expresó en contra de los cambios. Pero su discurso fue ambiguo. La duda era si se abstendría o votaría en contra. Si optaba por la primera opción, y JxC vaciaba el recinto, el Frente de Todos perdía el quórum y la sesión naufragaba. La abstención se computa como ausencia. En cambio, si votaba en contra, recibía media sanción.
Finalmente, la puntana votó en contra y el proyecto siguió su curso, otra vez la estrategia a favor del Kirchnerismo. Así, el proyecto quedó listo para ser debatido en Diputados donde el oficialismo lejos está de tener los números para su sanción.