En un perímetro de varios kilómetros desde donde se llevaron a Guadalupe no hay cámaras de seguridad. En la calle en la que jugaba la niña no había luz. En ese contexto la huida del captor/a fue muy rápido más aún si se agrega el dato de que la policía llegó al lugar una hora y media después. La ausencia del Estado complotó con la seguridad de la niña.
El Barrio 544 Viviendas es la radiografía perfecta de una provincia que vive y sufre la ausencia de Estado. Lo primero que reclamaron los especialistas en búsqueda de persona es al menos una cámara de seguridad publica que pudiera dar detalles de la persona que se llevo a Guadalupe o saber hacia que lugar se fue, lamentablemente para el paradero de la niña no hay cámaras del Gobierno que pudieran aportar ese dato altamente sensible. Si alguien diera el dato de un vehículo al que subieron a la niña no funcionan los lectores de patentes, otro escollo de dimensiones que hace tropezar a los investigadores.
En la cuadra en la que juzgaba Guadalupe con sus primos no había luz, la Municipalidad no tenia previsto proporcionar iluminación para seguridad de los vecinos, las inmediaciones (descampado) tenían los yuyos lo suficientemente altos para escabullirse en la fría noche.
La sumatoria de factores atentaron contra la suerte de la menor que hoy es intensamente buscada y mantiene en vilo al país. Para su propia suerte y la del resto de los habitantes de la provincia debería surgir un reclamo unánime para que las autoridades entiendan que la desidia, las prioridades cambiadas y la inacción de sus gestiones públicas son el ambiente perfecto para que echos como este se desarrollen.