Protocolos imposibles de cumplir, contramarcha en las decisiones, escuelas abandonadas. Directivos, docentes, padres y alumnos en medio de la improvisación del gobierno.
La única burbuja concreta hasta el momento es en la que viven las autoridades del Ministerio de Educación de San Luis, de allí no salen ni entran ideas claras. "Nos mandan un protocolo que carece de cualquier aplicación pedagógica posible", contó una directora de una escuela de gestión pública sobre las órdenes que llegan de Terrazas.
Como si existieran dos mundos paralelos y tras un año entero para planificar el regreso a clases es una incertidumbre el transporte público que sin presencialidad escolar está abarrotado en horarios picos. Las empresas empresas prestatarias no puedan dar cumplimiento al distanciamiento y sanitización de las unidades. En toda la provincia se repite la misma situación.
"Nos piden un organigrama y presencialidad, pudimos armar un esquema de presencia absoluta, lo aprobaron y luego lo rechazaron", agregó una docente administrativa de un centro privado.
Directivos, docentes, padres y alumnos mostraron la mejor predisposición para el anhelado regreso a clases, los que deben definir la aplicación de políticas en ese sentido parecen no estar a la altura de las circunstancias.