La casa de altos estudios le cedió a Rodríguez Saá la App de trazabilidad, ahora los amigos del Gobernador preparan un negocio millonario para desvirtuar la aplicación y hacer lo que saben, quedarse con plata del Estado.
"La Universidad se pone a disposición y cede el uso de la App siempre con la aclaración que la utilización de esa información será solo para fines epidemiológicos y de lucha contra la pandemia", aclaró el rector de la UNSL, C.P.N Víctor Moriñigo. Tal vez la máxima autoridad universitaria sabía que cederle a la banda del gobierno la aplicación podría ser usada con otros fines, políticos y económicos.
La salvedad de Moriñigo, en la declaración que reproduce el portal oficial de la UNSL, tenía asidero. A más de 10 días de la cesión tecnológica el Gobierno no la aplica pese a que con ajustes mínimos podría estar a disposición de quienes deben seguir la trazabilidad de los habitantes de la provincia.
Cuando el novedoso sistema llegó a manos de Alberto Rodríguez Saá Hijo, convocó a dos personajes que pudieran darle la forma al negocio. Fernando Moris, funcionario de la gestión en la parte de tecnología y a Ángel David Benardón, conocido por ser el proveedor de los sobreprecios.
Los alfiles de "Albertito" demoraron la puesta en marcha de la App y buscan desarrollar una alternativa, en base a la cesión de la UNSL, que les permita facturar al Gobierno varios millones en concepto de "readecuación del sistema y puesta en marcha" en todo el territorio provincial.
Claramente el negocio está antes de que salud.
Sigue el escándalo por el sobreprecio de las cámaras para medir la temperatura