El Gobernador tiene un tema personal con la religión durante años fustigó la creencia en Dios, organizaba fiestas en las que ridiculizaba a la Virgen María y denostaba a la Biblia. Hoy tomó como propia una frase de Don Bosco y la usa para su jugada política.
Durante el año 2001, uno de los más difíciles para la historia de la Argentina, Alberto Rodríguez Saá declaraba en un programa de radio que no tenía ningún tipo de creencia religiosa y se reconocía como “ateo”, no solo eso, aseguró que “la Biblia es ciencia ficción”. Las palabras generaron un roce con la Iglesia Católica a la que el actual mandatario persiguió durante más de una década.
En 2002, el entonces gobernador Adolfo Rodríguez Saá impulsó en la Legislatura un proyecto de ley de cultos provincial, que se oponía a reconocer la preponderancia del catolicismo sobre las demás religiones. El obispo acusó al gobierno de “fanático anticatólico”.
Unos meses después, la Comisión de Derechos Humanos de San Luis denunció a un sacerdote por discriminación porque supuestamente les habría quitado y quemado una Biblia evangélica a dos chicos que iban a un comedor comunitario a cargo del religioso.
En los meses previos a su asunción, Alberto Rodríguez Saá abrió un restaurante en su quinta el Durazno. En la inauguración, se incluyó un show en el que un humorista hacía una parodia a la Virgen María. La Iglesia calificó al espectáculo como “ofensivo”.
La suma de los antecedentes antirreligiosos de Rodríguez Saá chocan de frente con la oportunista utilización de la frase de San Juan Bosco "a la luz del sol y a los ojos de Dios". La instalación de las palabras del fundador de la congregación de los Salesianos es usada políticamente por un Gobernador que desprecia a todos los cultos y en particular a la Iglesia Católica.