El Senador Nacional, después de cosechar apenas 20 puntos en la última elección, mandó a cerrar todas las sedes partidarias. Aseguró que se dedicará a "disfrutar". Tiene una jubilación de privilegio y el sueldo como legislador.
Adolfo jugó y perdió, quedó tercero y bien lejos de la pelea por la gobernación y le entregó a su hermano Alberto el control de la familia y la posibilidad de "bendecir" al sucesor. Bajo ese contexto y sin futuro político Adolfo ordenó cerrar todas las sedes partidarias, es así que el local de la calle Chacabuco, entre Pringles y Belgrano en pleno microcentro de San Luis, ya no exhibe las gigantografías del dirigente y nuevamente fue puesto en alquiler. Del mismo modo cada uno de los locales volvieron a las manos de sus dueños y el mayor de los Rodríguez Saá emprendió la retirada.
Claro que la decisión de Adolfo no responde a ningún problema económico ya que por mes goza de los $ 300 mil de la jubilación de privilegio a la que accedió por estar siete días en el sillón de Rivadavía en medio de la caótica Argentina de 2001, tabién cobra la dieta como Senador Nacional.